2 de mayo de 2012 7:30 hs
Estamos
en la cocina, calefaccionada por las hornallas, con el Conde y Mía muy enferma.
Mía parece que está agonizando, ya que venía comiendo muy poquito, nada más que
carne cruda y de repente, ayer ha dejado de comer cualquier cosa. Sangra por la
nariz y tiene un edema en la pata, he encendido un sahumerio, una vela, he
traído el crucifijo y puse la radio de música Gregoriana de la 100. Este
ambiente le encanta a Mía, que se nota que la pobre está en su lecho de muerte
y no quiere estar sola, pues cada vez que me movilizo a algún otro lugar de la
casa, ella haciendo todo un esfuerzo, se levanta y va a echarse a mí lado.
Renata
no podía ser menos y ha hecho su entrada por la ventanita de la cocina,
saltando por encima del fuego de las hornallas, como para despedirse también
ella de su hermana, aunque como es la loquita de siempre, ahí nomás se subió a
la mesa y se quemó con el sahumerio, lo que la hizo gritar de dolor.
La
música se calla y cada tanto se escucha en los parlantes de la computadora la
risa de un bebé, que de seguro es un virus que se le ha metido a la netbook.
Llamo
por teléfono a mi madre y le digo que hoy no voy a ir a visitarla, como lo
teníamos planeado. Ella comprende y me sugiere que le ponga una inyección
eutanásica para acabar con el sufrimiento de la perra. Lo mismo había sugerido
mi suegra ayer. Le digo a mamá que ya veremos qué hacer con ella y cortamos.
Al
instante de cortar suena el teléfono a las 8 en punto. Es la encargada de
prensa de Cablevisión que quiere actualizar los datos que tiene de Acapef y de los colaboradores que estuvimos en las
promoción “segundos para todos”, que Cablevisión organizó estos años anteriores,
para que las ONG’s concursaran y pudieran publicitar, en los canales más
conocidos.
La
mañana es extraña y se escucha el sonido pesado de la respiración dificultosa
de la perra.
Mi
estado de ánimo está bien, en alguna medida asumido de que nuestra perra
partirá de momento a otro.
Pero
por otro lado, también me siento un poco confundido por la incertidumbre que me
provoca el no saber a ciencia cierta, si su enfermedad es verdaderamente
mortal.
Por eso
es que estoy esperando que se hagan las 9:00 hs para llamar a la veterinaria y
pedirles si pueden venir a domicilio a revisarla.
¡Quisiera
tener un diagnóstico preciso, para saber si está verdaderamente grave, o si se
podría curar con esmero de nuestra parte, sus amos y mucha lucha de parte suya!
Por
ahora veo que la misma se está entregando a su suerte.
En eso
en el facebook veo conectado al chat a “La Merced Argentina” uno de mis
contactos y me comunico con ellos de la siguiente manera:
-¡Buenos días!
-¡Hola buen día!
-¿Estoy hablando con algún fraile?
Le sacaría solo unos minutitos
-No Leandro... mi nombre es Melina
soy comunicadora (laica)
y trabajo para los frailes en el equipo de
comunicación que tienen para toda la Argentina
de todos modos, ¿que necesitas?
-Estoy asistiendo la agonía de mi mascota, a la que
con mi esposa queremos de manera muy especial... y quería saber si le podía
hacer una oración para una buena muerte.
-Leandro, si quieres averiguo aquí con algún
fraile, pero no creo que esté mal orar por tu mascota.
Al fin y al cabo terminan siendo parte de tu familia...
-Y sí que lo es... porque no podemos tener hijos y
esta perra y nuestros gatos, son parte fundamental de nuestra familia.
-Mira Leandro, como simple cristiana, no creo que
la oración esté de más... nunca está de más...
De todos modos voy a ver si encuentro algún fraile
que me dé su opinión y me diga algo al respecto.
-si no te es mucha molestia hacéme ese favor... y
anticípale que entiendo que los animales no son como los humanos y que se que no
van al cielo... pero quisiera que partiera sin dolor y pronto....
-Si, si no te preocupes…
Hola Leandro.
Consulté aquí con un padre...
me dice que todo lo que está en esta tierra es
creación de Dios...
que puedes hacer una oración por tu perra... como
no...
-¡Gracias!
Comencé entonces a hacerle una Oración a Dios Padre
para que le haga fácil este trance y que su muerte no sea dolorosa, pero cuando
estaba escribiendo la oración, la misma se me borro sin ninguna explicación.
Entonces entendí que los ángeles están acompañándonos también en esta mañana y
que los mismos me están ayudando a tomar decisiones en este momento de soledad,
mientras Ely está en su trabajo y llamando a cada rato para ver cómo va todo.
Fui entonces al teléfono y llamé a la veterinaria
que la ha atendido siempre y le pregunté si hacían visitas a domicilio para ver
a sus pacientes. Me dijeron que si, en la medida que el domicilio estuviera
cerca. Efectivamente esta cerca así que me dijeron que podía ser. Que en cuanto
el veterinario Carlos se desocupara me iba a llamar.
Le anticipé a su empleado que ayer la llevamos a
otra veterinaria y que nos dieron unas cuantas prescripciones y medicamentos,
pero que ahora quería que la viera su médico de siempre y que me diera lo antes
posible un diagnóstico acabado.
Me hallo entonces a la espera de su llamado y
principalmente a la espera de que el médico veterinario venga a nuestra casa a
ver a la perra, para que me diga si tengo que hacerme a la idea que está
agonizando, tal cual yo lo siento, o que la misma tiene posibilidades de
curarse.
Mientras tanto he derramado algunas lágrimas cuando
chateaba con la Merced Argentina y me encuentro escuchando ahora; Opera
Romántica, haciéndome carne de una gran tristeza que no me asusta, sino que me sensibiliza
un montón y me pone en contacto con la muerte y los últimos instantes de la
vida de uno.
Quisiera que cuando me llegue la hora de morir sea
el desenlace como lo fue para el santo de la buena muerte, San José y a quien
le estuvimos rezando ayer por Mía. Una muerte acompañado por ángeles y por la
familia, y como pareciera que está siendo acompañada ahora este perro
prodigioso que ha sido siempre Mía. Me gustaría también que si el veterinario
nos dice que Mía puede descansar en paz, su muerte sea ante la presencia de Ely
que está sumamente preocupada y que cada media hora me llama desde su lugar de
trabajo.
¡De repente el trabajo me llama!
Un colega llama por celular y me habla de los
desperfectos en la casa de mis padres, asunto del que me vengo ocupando desde
hace unas semanas. Problemas vecinales en un edificio que ha sufrido
desperfectos en el piso superior… me tengo que comunicar con mi padre y mi
hermano, hablo con ellos de los desperfectos, de asuntos jurídicos y del estado
de salud de Mía.
En ese ínterin mientras estoy hablando con mi
hermano sobre el asunto de los desperfectos le cuento que Mía está agonizando.
En ese mismo momento me llama el veterinario, por lo que debí cortarle a mi
hermano Juan. El veterinario me dice que se va a organizar para venir a ver a
la perra en el transcurso del día… corto con el veterinario y noto que la perra
esta respirando de manera particularmente dificultosa, me voy a su lado, me
recuesto sobre el piso y la comienzo a acariciar, de repente: ¡Da un último
suspiro… y deja de respirar!.-
Segundos después entre aturdido y aliviado, lo
llamo a mi hermano y le cuento que la perra ha muerto, él entiende la gravedad
de la situación y me dice: “deja que yo me encargo del asunto de los viejos” y
cortamos.
Al rato llamo
a la veterinaria para darle al médico la noticia, me atendió el mismo empleado
y me dio el pésame.
Entonces respiro hondo, pienso cómo darle la
noticia a Ely y la llamo relajado: Cuando le cuento, siento que al otro lado
del teléfono mi esposa se larga a llorar. Hablamos por unos minutos y quedamos
en vernos en un rato.
Ahora si estoy otra vez a solas, ya con el cuerpo
de Mía yaciendo en el living. Voy a mi dormitorio y le traigo mi poncho negro
para taparla. Luego vuelvo a mi computadora y por fin lloro con ganas, entro
otra vez al facebook y veo de nuevo a la
Merced Argentina conectada. Entablamos entonces un nuevo diálogo:
-¿Melina?
-si
-Mía, nuestra perra acaba de dar su último suspiro
después de que le hiciera una Oración a Dios Padre para que se la llevara
pronto y sin dolor....
-Ya descansa... a pesar de su dolor y la tristeza,
me alegro... es contradictorio... me alegro de poder haberte aliviado un poco en
este momento, de que tu perra ya descanse y que no sufra más, y de que, como
criatura de Dios, ya esté con Él...
Bendiciones para tu familia
-Muchas gracias.... me encanta que digas que mi
perra ya está con Dios. Me gustaría creer que así es, que se nos adelanto para
abrirnos los caminos, como le gustaba hacer cuando salíamos a caminar por las
sierras.... Ella siempre vivaz y adelante nuestro....
Finalmente
en el muro del facebook colgué este mensaje:
A las 10:20 hs de hoy 2 de mayo de 2012, nuestra
perra Mía dio su último suspiro y se nos adelanto para abrirnos los caminos del
otro mundo, como lo hacía cuando íbamos a las sierras y ella, toda vivaz, iba
abriendo los senderos. Estuvo acompañada por nosotros desde que nos levantamos
a las 6:00 hs, también por su hermano el gato Conde y su hermanita la gata
Renata. Luego Ely desde su trabajo estuvo llamando por celular cada media hora
y estuvo a su lado "presente en espíritu" al instante del desenlace.
La perra tuvo una buena agonía sin dolor, ni sufrimiento... ¡Tuvo una buena
muerte, rodeada de Amor! ¡Ahora está en paz como creatura de Dios, ya a su
lado!
Ely
llama desde su trabajo diciéndome que viene para casa por unas horas, para
ocuparnos del cuerpo, tomarnos un café y volver a su trabajo a marcar la
salida.
La
música de la 100, se había parado sola y en este preciso momento vuelve a sonar
también sola, escuchándose a un tenor que está cantando un aria sumamente
triste.
Mi alma
ya ha dejado de llorar y he entrado en paz, total y absoluta paz, sabiendo que
todo está bien y que la vida continuara.
Entonces
pienso lo que curiosamente estuvimos conversando ayer durante el locro del 1º
de mayo que preparó Ely para su familia. Su hermana Andrea nos dijo que si
queríamos un labrador macho, de un año, color blanco, era nuestro, porque a
ella se lo habían regalado y como vive al lado de la ruta, teme mucho que lo atropelle
un auto. Nos pidió que resolviéramos urgentemente, porque su miedo era
mayúsculo puesto que ya había tenido esa mala experiencia con otro perro
anterior.
No
tenemos tiempo de hacer un duelo como nos hubiera gustado, pero el designio
divino es siempre misterioso. En lo personal creo que debemos aceptar su oferta
y creo que esto es lo que debo decirle a Ely.
Mientras
tanto con mi esposa tomamos la decisión sobre el cuerpo de Mía. La veterinaria
se ocupará de cremarla y de devolvernos las cenizas para que la podamos poner
con su nombre en nuestro patiecito y que sus restos nos sigan acompañando como
si se tratara nuestra casa, de un campo santo para ella.
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