Leas sigue amoldándose a nuestra casa y nosotros a él,
habiéndose logrado otra vez una convivencia armónica entre todos los ocupantes
de la casa.
Una de las cosas que más le ha llamado la atención son los
gatos. Los primeros días se miraban feo, particularmente con Renata, y en
cuanto ésta se descuidaba el perro la salía corriendo. Ahora simplemente la
huele y la otra lo mira fijamente, pero sin dejar de hacer lo que viene
haciendo.
Fue muy divertido la otra noche cuando me fui a acostar más
temprano que él. Recordemos que Leas duerme afuera en el lavadero, en alerta
guardiana toda la noche. Pero ese día Ely todavía no se había acostado y por
eso el perro estaba aún dentro de la casa. Cuando me recosté, vino el Conde, se
subió a la cama y empezó a ronronear. De repente se nos acercó Leas y el sonido
que hacía el gato lo puso sumamente curioso. Se paró con sus dos patas
delanteras sobre el borde de la cama y apoyo su cabeza sobre mi cuerpo para
quedar tan solo centímetros del gato. Y lo comenzó a observar y observar. El
gato ni se mosqueaba mientras el perro se mostraba atónito. Fue muy gracioso
verle su rostro “contemplativo”.
Todas estas escenas son muy divertidas y nos regocijan el
alma.
También fue muy curiosa la primera noche que Leas durmió en
nuestra casa. Como su territorio es el patio del fondo y la cochera cubierta,
él esta muy atento a todos los que pasan por la vereda, habiéndole ladrado a
unos cuantos transeúntes. Su ladrido nos llamó la atención, porque resultó ser
mucho más ronco y fuerte, que el de la hembra labrador que teníamos antes. Pero
lo curioso fue que su ladrido llamó también la atención de los perros del
barrio que de seguro no conocían este nuevo integrante de la comunidad canina
de Pueblo Alberdi. Entonces se lanzaron a ladrar todos juntos, perros grandes y
chicos, todos a coro y durante varias horas. Fue realmente llamativo y por
cierto, muy molesto, porque los vecinos no podíamos conciliar el sueño.
En eso Leas dio un fuerte ladrido al aire, ladró con mucha potencia
y mucha ferocidad y a partir de allí, fue como si hubiera sido al fin aceptado por
su nueva comunidad, porque todos los demás perros al fin se callaron.
Pero todavía falta por contarles lo más interesante de la
venida de nuestro nuevo perro Leas.
La antigua dueña se puso en contacto con mi cuñada Andrea
para que ésta le pasara nuestros teléfonos y para que la mantuviéramos al tanto
de los progresos de Leas, aunque sea por facebook. Inmediatamente le mande un mensajito
de texto a esta “Lorena”, diciéndole que podía ver información de su antiguo
perro en mi página del facebook y en mi blog. (Le pase ambas direcciones).
Al día siguiente le mandé un nuevo mensajito preguntándole
si había leído algo sobre Leas y me respondió que si, que había entrado al blog
y que le había encantado lo que leyó y que iba a seguir atenta. Por eso esta
entrada esta dedicada especialmente a ella, como para que sepa lo muy
agradecidos que le estamos mi esposa y yo y para que tenga la certeza de que el
perro estará en buenas manos y que aquí le daremos todo el cariño que este
lindo perro se merece.
Pero algo de lo más curioso es que mientras nos mensajeabamos
con Lorena, le pregunté si sabía la fecha de nacimiento del perro, y estuvo por
momentos dudando, hasta que me mandó el siguiente mensaje:
“Le pregunte a mi
hija, la dueña de Leas y casi me mata. Nació el 22 de abril (del 2010), el
mismo día de su cumple y el día de la tierra. Los padres son perros de
entrenamiento con chicos discapacitados. Me ligue un reto jajajja. Por eso las
vacunas están en mayo (2010)”.-
Entonces se me cayó la mandíbula de sorpresa y tuve un Insight:
Tal cual me había dicho días atrás
mi amiga Analía, la instructora de yoga…, este Leas había venido para quedarse
con nosotros, porque “estaba escrito” en el libro de la vida. Inmediatamente me
puse a pensar en lo que se denomina la memoria genética y en el concepto
análogo: memoria cultural que es la
herencia de ciertos hábitos y comportamientos de los antepasados, en este caso
los padres de Leas, y me di cuenta que este labrador tiene de seguro mucho del “oficio”
de sus padres y ha sido enviado por Dios a esta casa para acompañarnos y
cuidarnos, en especial a mi que como muchos de ustedes ya lo saben, tengo una
discapacidad emocional producida por el trastorno bipolar.
Por otro lado
también es una curiosa coincidencia que haya nacido el día de la tierra, ya que
es del signo de Tauro y este signo zodiacal también es de tierra y por lo tanto
materiático (apegado a la materia) por oposición a mi personalidad ideática
(apegado al mundo de las ideas) y por este último motivo es que considero que
Leas ha venido a contrarrestar un poco mi misticismo y mi intelectualidad, para
“sacarme a pasear” y ayudarme
a hacer un poco de ejercicio, tal cual me lo sugirió también Analía, llegando
tal vez algún día a suplantar a mi A.T. (Acompañante terapéutica) con quien
venimos caminando lunes y miércoles desde hace aproximadamente dos meses, pero
que tarde o temprano debo re-aprender a andar solo, sin el acompañamiento,
porque eso es lo que se espera desde la perspectiva terapéutica.
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