En estos días he estado pensando: ¿Estaré mínimamente despierto?
Entonces me pregunto ¿Qué es estar despierto?
Del despertar habla mucho la new age. Dice de un “despertar divino”, como si fuéramos divinos por naturaleza y que mientras fuimos simples humanos, estuvimos dormidos.
No quiero entrar al tema de si tenemos o no un alma divina, porque este excede mis conocimientos. Pero lo que si puedo afirmar es que no somos dioses y que por lo tanto, no podemos despertar a un “estado” divino, que la nueva era denomina indistintamente: iluminación, shamadi o nirvana, incluso para crear confusión lo equiparan con el Extasis Místico de la Iglesia Católica, éxtasis como han tenido importantes santos como San Juan de la Cruz, o Santa Teresa de Jesús, para nombrar solo dos, dentro de un grandísimo número de místicos auténticos.
Les confesaré: hasta hace unos pocos días estaba bastante impregnado de las ideas de la nueva era, ahora estando cercano a la semana santa, me estoy volviendo, poco a poco, mas fervoroso con el catolicismo más ortodoxo.
Pero volvamos al tema del despertar. Para mi esta despierto aquella persona que tiene su mente bien despejada y que puede advertir cuando estamos con somnoliencia mental debido a la tremenda información que recibimos a diario, en un mundo visual y auditivo.
Despierto esta quien no se deja adormilar por ningún hechizo o encanto, de parte de quienes le dicen lo grande que sería, vanagloriándolo, o como decíamos al comienzo; lo divino que sería, si tan solo aceptase tal idea.
Despierto está quien sabe reconocer sus debilidades y las de los demás, aún las más inconscientes. Cuando sabe descubrir que estas debilidades lo alejan a uno de la realidad y que se va metiendo, cada vez más, en un mundo de mayor ficción y fantasía, donde llegamos a ser más que héroes, aquellos verdaderos dioses.-
Ellos, los de la nueva era, nos dicen que callemos nuestra mente y dejemos de pensar para sentir lo cósmicos, universales u “omnipotentes” que somos… Pues yo les digo: sentir que somos omnipotentes es verdadera psicosis y nada tiene que ver con el éxtasis místico. Es pura euforia mística, manía mística o delirio místico. Es fantasía y no realidad. Es una gran ilusión mentirosa, que proviene justamente de parte de aquellos que quieren tratar de enseñarnos que nuestra mente debe estar concentrada con el presente infinito y no en el futuro ilusorio, ni en nuestra historia pasada.
Nuestro presente por el contrario es meramente un instante absolutamente finito. El instante infinito del que ellos hablan es lo mismo que estar drogado por la prolactina, es estar en un tipo especial de clímax, muy pero muy encubierto, con sensaciones supuestamente espirituales.-
La cuestión es sencilla: abrazar la idea de que somos omnipotentes y de repente, coger esta idea, provoca el climax mencionado y que todos confunden con el auténtico éxtasis místico. Este, el éxtasis, es un estado de santidad donado por Dios, y a él no se puede llegar con la meditación de que podemos ser omnipotentes. Esa meditación la dirige el maligno y así nos hace entrar en la peor de las ensoñaciones: la que nos hace creer que estamos despiertos al sentirnos como dioses.
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