Martes 26 de
febrero de 2013, me encuentro al atardecer, en ese lindo bar que tanto me
gusta: La Marvic del Cerro, que hoy está lleno de gente, porque el día esta
hermosamente templado. Me hallo esperando a Ely y pienso: Nos faltan cuatro
días para irnos de vacaciones al sur más austral de la Patagonia; Calafate,
Chaltén y Ushuaia.
Estamos muy
entusiasmados y nos hallamos cerrando todo lo que nos resta del año, que como
les he contado en otras oportunidades; para nosotros va de marzo a febrero. Nos
encontramos también revisando las cosas que llevaremos en nuestro equipaje,
para ver qué nos falta por preparar o comprar.
Nos iremos 16
días y nos daremos el gusto de viajar en avión, pues este es uno de nuestros
viajes soñados, lo venimos pagando en cuotas desde julio del año pasado y con
él pretendemos cerrar el Sur Argentino, después continuaremos yendo a esta
región, solo para a visitar a nuestra amiga Ariela y su familia, que viven en
General Roca, Río Negro y además tienen casa en Las Grutas, donde solemos ir
también.
Para Ely será su
primer viaje en avión, por lo que esta mucho mas ansiosa que yo, con un poco de
miedo, pero aún así, muy ilusionada con su primera experiencia aérea.
Y ya nos va
quedando poco para conocer lo más importante de las regiones de la Argentina.
Después de este viaje, nos restará solo el Litoral Argentino, para luego empezar
a organizar, de seguro, y con la ayuda de Dios; viajes y vacaciones por otros
países.
Ely me ha
adelantado que uno de sus sueños sería conocer Machu Pichu…, no sé si iremos,
porque ya fui dos veces en la década del 90. Yo preferiría empezar a ahorrar
para conocer de una vez por todas el Viejo Mundo, que es uno de mis mayores
sueños turísticos, al menos en esta etapa de mi vida. Pero sé también que soy
muy complaciente con mi mujer y lo más seguro, es que haga mi tercer viaje al
Cuzco y a la Ciudad Inca, para darle con el gusto, pues con todo lo que se
esfuerza durante el año, verdaderamente se merece realizar sus sueños. Total sé
a ciencia cierta, que a ella también le gustaría mucho conocer Europa, pues entonces,
si no es antes, será de seguro después, si es que tenemos vida, salud y
bendiciones para ello.
La cuestión es
que el sábado estaremos en Ushuaia donde comenzamos nuestra recorrida. Allí nos
quedaremos nueve días y tendremos mucho tiempo para conocer los principales
atractivos turísticos e incluso para tener muchas horas de recogimiento, contemplación,
verdadero descanso y mucho contacto con la naturaleza. Esta ya es una onda
entre nosotros, un “estilo vacacional” que en casi todas nuestras excursiones
nos damos la oportunidad de experimentar, en particular porque casi todos los
años viajamos durante la cuaresma, motivo por el cual en ese estilo de
viajeros, el turismo religioso y espiritual, ocupa un lugar preponderante.
Amigos y amigas:
¡No se imaginan
lo contento que estoy!
Echo una mirada
para atrás en mi vida y no puedo creer todo lo que he realizado, siempre
acompañado de grandes amigos, familia y amores. Dios, por supuesto, es el
principal de esos Amores y a través de cada uno de mis seres queridos lo veo a
Él, operando continuamente en nuestra vida y en la de los que nos rodean.
Repaso todos los
logros alcanzados y no puedo creerlo. Me doy cuenta que soy hombre muy bendecido
y lleno de mercedes, en especial el gran amor recibido primero que nada, por
mis padres y hermanos, que me procuraron la educación primigenia, que se
completó después con las enseñanzas del Colegio, la Universidad, mi religión y
también la calle y todas mis relaciones humanas.
Me doy cuenta
que no me podría haber sostenido sin el amor incondicional que recibo a diario
de mi esposa, a la que considero desde hace tiempo, parte de mi mismo y de la
que me considero parte suya.
Me doy cuenta también
que entre los dones mas importantes que recibí, estuvo siempre la fe, aún
cuando me consideraba ateo y sin poder explicar esta aparente contradicción.
Ésta me ha
movido siempre a creer que a pesar de mis muchas limitaciones Dios me ha
ayudado siempre a “poder”, a crear, a materializar y realizar, casi todo lo que
he anhelado, muchas veces solo, otras tantas acompañado, muchísima veces con
ayuda y hasta por medio de mis dependientes ocasionales.
Estos
antecedentes me han dotado de otra virtud; la mucha esperanza que tengo,
esperanza humana y divina, dado que la esperanza tiene estos dos aspectos; una
es la esperanza en las cosas mundanas, la otra es la esperanza en una vida
verdaderamente gloriosa y feliz del Reino de los Cielos, que si queremos y
podemos, lo veremos ya mismo, operando entre nosotros, operando entre los
vivos, aún estando todavía con nuestro cuerpo terrenal y en este mundo
cotidiano.
Este sentimiento
de humilde poder personal, con o sin ayuda para realizar…; me ha hecho tener además
un sentimiento de fortaleza, que también es otro don del Espíritu Santo y
entonces ante cada uno de mis miedos, me pongo en pie de guerra y batallo cada
vez con más disciplina una disciplina humilde, pero disciplina al fin y para
vencer mis propias debilidades, de las que hacia la mediana edad, en la que he
entrado hace un par de años, me quedan pocas, aunque me sienta por otro lado, muy
pero muy lejos de ser un ser perfecto o de llegar a serlo algún día, pues se
que mis impurezas son muchas y muchas de ellas ni siquiera deseo purificarlas
aún. Pues mas que un santulón, me gusta sentirme y dejar ver que soy: un hombre
común y corriente.