ENTRE AUTORÍAS Y COMPILACIONES

HACE AÑOS EMPEZAMOS A ESCRIBIR UN ESTILO PRINCIPALMENTE AUTOBIOGRÁFICO, EN PARTICULAR EN LOS OTROS BLOGS CUYOS LINKS ESTAN EN ESTA PÁGINA. CUANDO EMPEZAMOS A ESCRIBIR MENSAJES PARA LA ALDEA GLOBAL, DECIDIMOS INTERCALAR ENTRE LOS ESCRITOS DE NUESTRA AUTORÍA UNA SERIE DE COMPILACIONES Y TRANSCRIPCIONES DE TEMAS SACADOS DE OTRAS FUENTES DE INTERNET, EN PARTICULAR LA WIKIPEDIA.
LA FINALIDAD DE ESTAS TRANSCRIPCIONES, ES PARA EL AUTOR, IR IDENTIFICÁNDOSE CADA VEZ MAS CON DIFERENTES IDEOLOGÍAS QUE EXISTEN EN LA ACTUALIDAD Y EN BASE A LO QUE LE VA DICTANDO SU CORAZÓN, LO QUE NO DEJA DE SER UNA TAREA DE AUTOCONOCIMIENTO. POR OTRO LADO, PARA LOS LECTORES LES OFRECEMOS ESTAS COMPILACIONES DE IDEAS Y ESTUDIOS PARA COMPARTIRLAS CON USTEDES Y CON EL AFÁN DE PROMOVERLAS.
ESPERAMOS QUE SEAN DE SU AGRADO O POR LO MENOS MOTIVO PARA VUESTRA REFLEXIÓN.

viernes, 25 de julio de 2014

ECONOMÍA Y ESPIRITUALIDAD


Reconciliar la economía materialista con la espiritualidad. El gran desafío del nuevo milenio.
Réconcilier l’économie matérialiste et la spiritualité: le grand défi du nouveau millénium
Reconciling the materialistic economy and spirituality: the great challenge of the new millennium.

Resúmen

En el presente artículo se afirma que la humanidad enfrenta dos grandes desafíos: reconciliar nuestro ser material con el ser espiritual y reconciliar las necesidades individuales con las necesidades colectivas.  Al no haber reconciliado estas dos dimensiones de la vida humana, nos encontramos en guerra, exclusión social, sufrimiento, desilusión, ira, incapacidad de avanzar, y muchos otros males. Tras aportar un marco de referencia de la sociedad globalizada, el autor el autor plantea algunos aspectos del desafío, tales como el contraste entre una sociedad materialmente rica y espiritualmente pobre y la necesidad de la integración de valores humanistas y espirituales en la economía que derivarían en una “economía espiritual”.

Palabras claves: economía materialista, economía espiritual, necesidades individuales, necesidades colectivas

Reseña:

1 La humanidad tiene frente a sí al menos dos grandes desafíos en este nuevo milenio: uno, reconciliar nuestro ser material con el ser espiritual y dos, reconciliar las necesidades individuales con las necesidades colectivas. Al primero le llamaré “la reconciliación entre la economía y la espiritualidad”, y al segundo “la reconciliación entre yo y el otro”.

Debido a que no hemos reconciliado estas dos dimensiones de la vida humana, nos encontramos en guerra, exclusión social, sufrimiento, desilusión, ira, incapacidad de avanzar, y muchos otros males.

2 Para analizar estos desafíos, podríamos hasta crear un figura cuadrangular la cual contiene las posibles alternativas que pudiesen ser analizadas en forma individual. Por ejemplo, seria interesante que discutiésemos las posibles alternativas alrededor de nuestro destino material-individual (MI) con relación al destino material colectivo (MC). En forma similar, podemos hacer una reflexión sobre el camino espiritual individual (EI) y el Colectivo (EC). Todas estas combinaciones y otras permutaciones –e.g., material-espiritual (EM), individual-colectivo (IC)– ofrecen campos de reflexión para aquellos que están en el camino de la introspección y de su propia transformación humana.

En este breve artículo, quisiera compartir algunos pensamientos respecto de estos desafíos. Sin embargo, primero me gustaría dar un marco de referencia a un posible debate posterior.

El milenio de la globalización:

3 Cada vez más vivimos en una sociedad globalizada. Nosotros vemos más sus resultados e influencias, de lo que entendemos sus aspectos más transcendentales. Así es como sabemos que estamos globalizando a nuestras economías mientras que también nos damos cuenta que no se están globalizando las sociedades, los pueblos. Esto es el resultado de una fuerza exagerada que ejercitan la economía y las finanzas sobre otras dimensiones de la globalización, como son, por ejemplo, las dimensiones ambientales, políticas, sociales, culturales, institucionales, humanas, y espirituales.

4 La globalización decidió partir como resultado de los incentivos económicos y financieros; y aún los aspectos culturales, por sólo mencionar un ejemplo, se integran en torno a esos incentivos económicos, y no a los culturales propiamente tal. Como resultado, hemos entrado en un proceso en que hay culturas muy dominantes que hacen desaparecer lenguajes, pueblos, patrones culturales, sabiduría autóctona y diversidad, a todo nivel. Un mundo que se mueve rápidamente a la “uniformidad” en nombre de la eficiencia económica y financiera.

5 En muchos ámbitos, ésto se ha traducido vulgarmente como “lo que no se vende a una ganancia razonable, simplemente no sirve”. La competitividad –un elemento realmente importante en nuestras vidas– se transforma en un bumerang de proporciones negativas incalculables.  En otros ámbitos, ésto se ha traducido en “crecimiento económico primero, y protección del medio ambiente después”. Más aún, como la economía y las finanzas son la fuerza motriz del materialismo de mercado, esto también se ha traducido en algo de un profundo significado sutil: “satisfaga sus necesidades materiales primero, y las necesidades espirituales después”; otra manera de decir que“la espiritualidad es el lujo de los que son ricos materialmente”. Y así debilitamos a los pobres materiales y los sumergimos en el paradigma del mercado para asegurarnos que entran a este paradigma sin identidad propia, y los transformamos en las masas obreras o las masas de consumidores. Hay muchas otras traducciones.

6 La mayor parte de la gente ve a la globalización como un tren de alta velocidad, imparable, y no cambiable en su dirección presente. Y a medida que esto penetra las mentes de la gente, ellos se retiran cada vez más de los espacios en que últimamente pueden ejercer alguna influencia en los ámbitos antes señalados. Es así como se concentra la riqueza y se radicalizan los procesos sociales y humanos. Sólo nos queda mirar a Irak y Afganistán como ejemplos recientes. Más dramático aún es el ejemplo que nos dio el genocidio en Ruanda donde millones de personas perdieron la vida. En mi opinión, los incentivos existentes van en la dirección a continuar estos procesos de radicalización.

7 La globalización está guiada por valores estrictamente individuales, cuando, por el contrario, la globalización es el ámbito mas claro de lo colectivo. Hablamos de una ‘villa global’, pero no funcionamos con valores colectivos y globales, para hacer que los que viven en dicha villa tengan posibilidades de éxito, o simplemente de sobrevivencia. Los valores que guían a la libre competencia, al comercio internacional y al intercambio de bienes, servicios e individuos, son eminentemente personales y egoístas. Estos valores se esconden detrás de la figura de un gobierno, o de una corporación internacional, dando un dejo de movimiento hacia lo colectivo. Esto es solamente la pantalla. La cosa de fondo es un individualismo extremadamente fundamentalista. Como resultado, vemos la exclusión de millones de personas que forman la masa de pobreza, miseria, y hambruna en todo el mundo, incluyendo el mundo de los países llamados industriales o desarrollados.

8 Los valores del colectivo –como son los de amor, compasión, fraternidad, igualdad, entrega, servicio, etc– son básicamente olvidados. Por lo tanto, a pesar del debate que podamos tener acerca de nuestras realidades colectivas, en la práctica lo colectivo es un residuo mal generado de las transacciones individuales. En suma, el óptimo colectivo no está siendo generado como la suma de los estados óptimos individuales. Algo más se necesita para alcanzar el óptimo colectivo.

Fracasar en la globalización –debido a la extrema pobreza, marginalización, erosión progresiva del poder de las grandes masas de población, inequidad económica y de todos los otros tipos, y mucho más– es simplemente fracasar en nuestro destino colectivo.

9 Este es el milenio de la globalización. Fracasar en lo global significará más guerras, conflictos armados y de otro tipo, sufrimiento, y en última instancia, significará la pérdida progresiva de nuestros avances y riquezas materiales. El avance material no es independiente del avance no-material. Este es un tema que tocaré más adelante.

Una sociedad materialmente rica y espiritualmente pobre: 

Los adelantos en nuestras sociedades son básicamente medidos en forma material. La forma más popular de hacer esto es a través de la medición de los productos geográficos brutos de una economía.

10 Todo depende del consumo material de bienes y servicios. Al principio del último milenio, el consumo global alcanzaba al trillón de dólares. Este milenio comenzó con un consumo cerca no a los 30 trillones de dólares. Estas no son solamente cifras exorbitantes, sino además son de una disparidad apabullante. De estos 30 trillones, los más ricos (i.e., el 20% de ingresos superiores) consume el 86.5% del total, mientras que los más pobres (i.e., el 20% más pobre de la población) consume solamente el 1.3%. Esos son los niveles de consumo que cuadran con la destrucción ambiental, la pobreza y miseria, y tantas otras falencias que nos toca vivir como generación.

11 No tengo nada en contra de lo material, ni de que hayan ricos en una sociedad. Sería muy ideal que fuésemos todos iguales. Lo que sí quisiera decir es que las inequidades están aumentando significativamente, haciendo de nuestro mundo colectivo un ámbito sumamente frágil.

Lo importante es saber qué nivel de conciencia tienen aquellos que poseen la mayor parte de los bienes materiales. La conciencia humana de aquellos que tienen el poder, y la influencia sobre los adelantos tecnológicos.

12 La conciencia humana es la clave y, a la vez, el puente que une lo material con lo espiritual. No podemos vivir en una asimetría entre un altísimo nivel de bienestar material con un bajo nivel de conciencia. Es aquí donde, nuevamente, debemos enfocarnos en el ámbito de lo individual y de lo colectivo, ya que sólo a mayores niveles de conciencia será posible integrar lo individual con lo colectivo. Y es allí donde se empezarían a tomar decisiones que fuesen más cercanas al nivel óptimo de bienestar en el campo de lo colectivo.

13 Los modelos que nos impone la globalización son esencialmente dominados por un paradigma de la riqueza material y de la pobreza espiritual. Lo espiritual no aparece como una dimensión relevante en los modelos económicos o sociales. La espiritualidad es hoy en día muy mal entendida, y como tal, se la excluye de las decisiones públicas. Pero un desarrollo económico y social sin espíritu es como una realidad artificial y vacía, sin identidad interior, sin un compás que muestre la dirección apropiada.

14 Sin embargo, hay una ley universal que debemos entender y practicar a la letra. En particular, que la riqueza material esta íntimamente ligada y es dependiente de la riqueza espiritual. Lo material no existe sin que todo esté ligado a lo no-material. Hoy en día hay muchísima evidencia científica que demuestra que la fuente de la materia es la no-materia. Por lo tanto, es cuestión de tiempo para que se vea el colapso de aquellas sociedades que sólo están en el camino del materialismo desarrollista.

15 La tecnología, que esta a la base de dicho avance materialista, depende de la inteligencia humana. Y la inteligencia humana depende de los estados de conciencia que son capaces de manifestarse en forma material más avanzada. Altos niveles de avance material tienen que ir acompañados por necesidad de más altos niveles de conciencia espiritual.

La sociedad del 200%: hacia lo colectivo

Esto nos lleva a proclamar lo que se ha llamado “La sociedad del 200%”. Esta es una sociedad que es rica en ambos ambientes: lo material y lo espiritual.

16 Más aún, en esta Sociedad de 200% el ámbito de lo material y de lo colectivo son uno solo. Esto se da a través del reconocimiento y de la práctica de la interdependencia humana y de la interdependencia de todos con todo. Es decir, es una sociedad que avanza en todas las direcciones que se identificaron al principio de este artículo. Es este principio de interdependencia que también nos lleva a desarmar la falacia de que podemos desarrollarnos sólo individualmente, sin hacer avanzar el desarrollo de lo colectivo.

En conclusión, no hay nada material que no tenga origen en lo espiritual, ni nada espiritual que no se manifieste materialmente. Más aún, no hay nada que signifique avance individual independiente del avance colectivo.

17 Por lo tanto podemos avanzar aquí un principio fundamental de la espiritualidad: uno avanza en lo personal para darse por entero al servicio de lo colectivo. No existe espiritualidad de lo personal exclusivamente, excepto como una forma de fetichismo. Pero eso no es espiritualidad.

La economía espiritual ¿Es esta posible?

18 Mucha gente ve a la economía como la demostración practica de lo material. Ven a la economía y la espiritualidad como dos posiciones extremas en la vida humana. Esto es simplemente el resultado de un error del intelecto.

La economía es una colección de valores que la gente usa en condiciones de escasez material. Es la ciencia de la escasez. Es la ciencia que explica o predice el comportamiento humano bajo condiciones de escasez.

19 Si los valores son individualistas, como se notó anteriormente, entonces el comportamiento de las personas bajo condiciones de escasez serán muy distintas a una situación en que los valores son colectivos. Es simplemente una cuestión de valores, y por lo tanto, nuevamente, una cuestión de niveles de conciencia humana.

20 La evolución humana nos esta llevando cada vez más hacia la integración de valores humanistas y espirituales en la economía. Cuando la economía se rija por dichos valores comenzaremos la práctica de la “economía espiritual”. Esta es la economía del futuro. Esta es la economía que integrará los ámbitos materiales y espirituales, individuales y colectivos. Un camino inevitable para la humanidad dadas las situaciones de conflicto, inequidad, y destrucción ambiental y social que estamos experimentando.

Reflexiones finales:

21 Para que los cambios propuestos aquí se materialicen se requiere de una revolución profunda de los valores que rigen a la globalización, de un compromiso profundo en el ámbito político y social, y de una nueva forma de liderazgo que abrirá los caminos necesarios para el verdadero cambio. En general, podemos decir que la transformación humana o es el fiel espejo de un consenso pacifico, o será el desgraciado resultado de guerras y conflictos. La decisión es nuestra.

Referencia electrónica

Alfredo Sfeir-Younis, « Reconciliar la economía materialista con la espiritualidad: el gran desafío del nuevo milenio », Polis [En línea], 8 | 2004, Puesto en línea el 10 agosto 2004, consultado el 25 julio 2014. URL: http://polis.revues.org/6057 ; DOI : 10.4000/polis.6057




jueves, 24 de julio de 2014

VEJEZ, ENFERMEDAD Y VOLUNTAD

El viejo sufrió un A.C.V. Fue el 4 de abril. Estuvo en terapia intensiva, después lo pasaron a una habitación común del Sanatorio y finalmente fue a su casa con una internación domiciliaria.
Él y mamá estaban acostumbrados desde hacía años a vivir solos en su departamento del Bolivar y de repente se vieron inmersos en esa internación, con enfermeras las 24 hs y dos fisioterapeutas que se turnaban uno por la mañana y otro por la tarde.
La casa paso a estar habitada por los técnicos y profesionales, y también por nosotros sus hijos que nos empezamos a turnar primero de a dos y después de a uno, para acompañarlos o para reemplazar a las enfermeras cuando estas salían de franco.
Estamos a 22 de julio, han pasado algo más de tres meses y ellos han puesto tanta voluntad que papá ya está caminando por sus propios medios, sin haber perdido nunca la lucidez. Su casa ha pasado a ser un desfiladero de gente, sus hijos, nietos, familiares y amigos los vamos a visitar muy a menudo. En esa casa donde por muchos años reinó el silencio y la tranquilidad, de repente se ha convertido en una especie de club social.
Allí festejamos el cumpleaños de la mamá, el día del padre, allí vivimos el mundial. Pero también estuvimos de a pares acompañándolos sábados y domingos. Allí hemos hecho tertulias de hermanos hasta altas horas de la noche, poniéndonos al día con asuntos familiares y personales. De esa crisis familiar y de ese departamento, surgió la necesidad de reunirnos en asambleas de hijos cada vez más frecuentes, para resolver entre los cinco; asuntos del personal, cuestiones económicas, temas de medicina, rehabilitación y seguridad social, también la ortopedia, los problemas del consorcio y como si fuera poco; cortes de luz y de gas, dado que las instalaciones del edificio están más viejas que los viejos que allí habitan y dicen que cuando se vienen los males, se vienen todos juntos, pues así ha sido en el Bolívar, hasta un hurto hormiga de parte de la mejor de las enfermeras que tuvimos, debimos afrontar. El descubrimiento lo hizo mamá y Juan Arturo, el hijo mayor, debió despedirla con la consecuente transición crítica hacia el nuevo plantel.
Crítica porque como lo he dicho esta enfermera, lamentablemente deshonesta con lo ajeno, tenía por otra parte gran calidez humana con el viejo y mucha idoneidad técnica en su tarea, pero habiéndosele perdido la confianza, debió prevalecer necesariamente el drama, por encima de la empatía que todos le teníamos. Y fue crítica también la transición porque debimos empezar a entrevistar a nuevas enfermeras y pasaron varios días hasta que pudimos contratar a las nuevas. Pasaron varios días, hubieron idas y venidas y papá de a ratos se descontrolaba, muy probablemente por la pena de haberla perdido, muy probablemente porque las nuevas no lo comprendían del todo en un comienzo y esto le pesaba.
Pero todo lo fuimos sobrellevando y entre todos. La crisis de salud de papá se extendió a lo familiar y a lo económico. Sin embargo se fue internalizando hasta que empezó a pasar y pudimos continuar haciendo nuestras vidas, más o menos en forma normal. A éstas le sumamos más atención a los viejos, pero sin dejar de hacer nada de lo que hacíamos. Y a ellos se les sumaron más ocupaciones, pero poco a poco empezaron a recuperar su serenidad.  
A todo le íbamos haciendo frente como un verdadero frente afectivo y solidario.
También se resolvieron cuestiones jurídicas y administrativas; los viejos firmaron poderes y empezaron a delegar funciones administrativas, que hasta el momento del accidente habían mantenido orgullosamente como uno de sus baluartes de autonomía y vigencia en la tercera edad.
Pero como les digo, todo ha ido pasando y este fin de semana pasado el papá salió con Juan Arturo y su nuera Alicia ya en dos oportunidades, una a un bar y otra a la casa del hijo a almorzar. En ambas oportunidades salió sin silla de ruedas, sin andador, sin siquiera bastón. Salir de la casa fue de lo más significativo y simbólico.
¡Mucha voluntad le han puesto los viejos! Y también mucha voluntad le hemos puesto nosotros sus hijos y le seguiremos poniendo, pero algo extraño ha ocurrido y nos ocurre siempre ante situaciones de crisis familiares: ¡La cosa nos ha unido muchísimo a todos y nos hemos demostrado que somos un muy buen equipo!