Atardecer de infernal calor acá en Pueblo Alberdi,
Domingo de Enero en la ciudad,
Abro las ventanas y no entra viento alguno,
Sudor que corre por el cuerpo al desnudo.
Los pájaros que están volviendo a sus nidos,
Después de su larga jornada como que no pasara nada,
Cuando yo me he pasado gran parte de la tarde,
Durmiendo una siesta evasiva.
Pomelo rosado que me deja un gusto amargo,
El gusto como el que me da haber perdido otro día,
Un día en el que mis amigos se juntaron a comer un asado,
Y que nosotros por poco sociables no concurrimos.
¡Que feo es quedarse encerrado!
Cuando hay todo un mundo allá afuera para degustar
¡Que feo es no poder vencer la tendencia ermitaña!
Cuando lo que dicta el corazón es socializar.
Los versos más puros de tu ausencia
Hace 17 horas
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