Creo que todos tenemos mejores y peores horas del día. Pero en mi caso la diferencia entre estas mejores y peores horas es muy marcada. A la mañana me siento espléndidamente bien, mientras que por las tardes mi estado de ánimo decae y llego a sentirme triste y a veces angustiado.
Por las mañanas, en particular estas mañanas de enero estoy solo y disfruto mucho de mi soledad, mientras que por las tardes la soledad me pesa, me pesa mucho y la siento aunque este acompañado de mi esposa.
La soledad que me pesa por las tardes es un sentimiento de nostalgia por aquellas épocas adolescentes y jóvenes en que uno tenía mas marcada la identidad grupal que la individual y a todos lados uno se movía con su grupo de amigos. En la madurez uno tiene ya su propia vida y no puede pretender estar siempre acompañado de amigos, y si esto fuese así no sería para nada normal o sería muy inmaduro. A los 41 uno tiene hecha una vida y en los tiempos de receso laboral como aquel por el cual estoy atravesando, uno puede llegar a sentir que el tiempo a solas lo agobia.
Bajo el aguacero de la vida
Hace 19 horas
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