PROPÓSITOS II (SANACIÓN DEL CUERPO)

Para este comienzo del 2012 concurriré al dermatólogo y al cardiólogo.

Esto es así porque como lo escribí en la entrada de medicinas complementarias y alternativas, yo he elegido que me haré tratar siempre por la medicina alopática con la que tengo todos los beneficios de la seguridad social, es decir: la obra social. Ello sin perjuicio que acepte otras medicanas para males menores al mío, y prueba de ello es que mi esposa ha elegido para si una política intermedia, en donde se hace tratar por algunos especialistas alopáticos y también por un medico chino que la trata con acupuntura y con otras técnicas de esta medicina oriental. Todo ello porque sus males son menores.

En definitiva tal cual lo he venido sosteniendo desde hace un tiempo, la holística no es la medicina en si, cualquiera sea la que elijamos, sino que holístico somos nosotros mismos y somos el principal médico de nuestro cuerpo, sabiendo a qué profesionales debemos concurrir cuando tenemos diferentes dolencias.

También expresé que para mediados de este año, mas o menos, emprenderé un tratamiento también alopático para dejar el cigarrillo, consistente en farmacoterapia y terapia psicológica, tanto individual como grupal.

Este tratamiento lo brinda el Estado Provincial en forma gratuita en el antiguo Hospital San Roque.

Lo único que lamento es que mi psiquiatra no me haya permitido aún ir de campamento con mis amigos para principios de este mes de enero, tal cual lo teníamos planeado, esto por la cercanía de mi crisis y por el estado de convalecencia en el que todavía me encuentro.

Sin embargo la cosa no es tan grave, porque ya me expresó que en febrero si podríamos ir. A pesar de ello para este mes de enero en que debo quedarme en Córdoba con estos calores matadores, he decidido ir a la pileta de un club y de vez en cuando, hacerme algunos picnics en las sierras con mi esposa y mis amigos. Picnics son salidas de un día para las que si tengo permiso.

Y así es la cuestión con un paciente psiquiátrico que sigue a pie juntillas las prescripciones de su medico de cabecera. La palabra paciente implica ser dócil y la mejor alternativa para recuperarnos lo antes posible, es ser siempre así de dóciles, así de pacientes.

Aclaro que ser dócil no significa ser un pelele o un pusilánime. ¡Buen carácter tengo tanto con mi médico, como con mis demás referentes! y en todo momento estoy “negociando” mis derechos, saliéndome con la mía en no pocas oportunidades. Ser dócil tiene mucho que ver también con ser una persona diplomática, que sabe perfectamente cuáles son sus propios intereses y lucha a capa y espada por defenderlos, pero por otro lado esta abierto a que los demás tengan una cierta injerencia en su vida, en especial para mantener una buena convivencia con todos los que vive o se relaciona. “El paciente que no es dócil muchas veces queda aislado en su casa, mas de una vez deprimido y sin interactuar con la sociedad”. Lamentablemente es así la cosa y conozco varias situaciones de viejos amigos que cayeron en esta dura realidad que asevera mis dichos, y no me estoy basando en ningún tipo de ideología sobre si nos agrada o no la psiquiatría. Solamente los hechos son los que me demuestran mi afirmación.

Ahora bien… algo muy importante: Para emprender cualquier tipo de sanación del cuerpo, resulta imprescindible tener una fe muy pero muy grande, ya que cuando estamos vulnerables nos damos cuenta de lo insignificante de nuestra existencia. En definitiva cualquiera sea la fe que tengamos, aunque sea la fe en uno mismo propia del ateo, ella es la que moviliza nuestro espíritu para que este logre brindarle la fortaleza que necesita nuestro ser para poner en acción nuestra voluntad, tal cual lo expresé en la breve entrada del otro día, previa a esta.

Creo que todos ustedes saben ya que yo a Nuestro Señor Jesucristo lo siento, no solo como mi Señor, sino también como mi Maestro de maestros, mi amigo íntimo y hasta mi Hermano. Todo ello por lo que Él nos dio con su venida para los que creemos con fervor en Él, al hacernos hijos adoptivos del Padre y al concedernos a su Madre como Nuestra Madre del Cielo.

Mi médico de cabecera me ha venido curando desde hace ya más de diez años la mente. Este Cristo fue curándome el alma desde que yo me animé a darle cabida dentro de mi vida, y ahora es Él el que me ha delegado a su Arcángel Rafael, médico de Dios y Patrono de los matrimonios, y por otro lado a San Roque, el santo patrono de los enfermos e inválidos, que dicho sea de paso es justo el nombre del hospital donde emprenderé mi mas peliagudo tratamiento, el tratamiento contra el tabaquismo que es la dolencia que mas me ha deteriorado.

Estos “hermanos mayores” que tenemos en el reino de Dios, son los que nos envían mensajes a nuestra consciencia por medio, en mi caso, de los pensamientos viajeros y que son mensajes guías para que nuestro medico interior y holístico comience un tratamiento pertinente concurriendo a los profesionales que necesite y que son ayudantes, todos ellos, de ese medico interno que todos tenemos.

Curiosamente la oración es una herramienta fundamental para cualquier tipo de sanación ya que a través de ella descubrimos que nuestra consciencia se concentra en la tarea que debe emprender para realizar los respectivos tratamientos y además encontramos que se nos manda el don de la fortaleza y la templanza que necesitamos no solo para emprender los diversos tratamientos, sino además para sobrellevarlos durante el tiempo que sea necesario.

Así las cosas cuidar el cuerpo, la mente y el espíritu son para todos nosotros prácticamente “obligaciones”, dado que la caída de cualquiera de estos tres aspectos esenciales  de nuestro ser, nos lleva ineludiblemente a una muerte en la víspera. Muerte en la víspera es la que nos sobreviene por nuestra propia mano, por nuestras propias acciones y hechos, siendo la misma antes de la fecha que tenía pensada Dios para nosotros. Quiere decir entonces que Dios tiene un plan para todos nosotros y nos da siempre la libertad de cumplirlo o no, hasta el punto de poder llegar a atentar nosotros mismos, y por medio de nuestra necedad contra nuestras propias vidas, suicidándonos de a poco y en pequeñas cuotas, cuando hemos caído ante cualquiera de los vicios existentes sin que podamos salir de ellos por medio de nuestra necesaria lucha interior por la superación de nosotros mismos. Esta es entonces el gran propósito que me planteo para continuarlo este año 2012, seguir la dura lucha para no morir en la víspera, rogándole también a Santa María, Madre de Dios, cuya fiesta fue este domingo próximo pasado que me bendiga y que me conceda la gracia de no morir en esa víspera, sino en la fecha que tenía pensado Dios desde el principio y solamente por “su gracia” ya que por mi parte ya he realizado varios actos y costumbres que me han provocado daños irreparables para la edad que tengo.