CUANDO SE ESTA BIEN Y NO DAN GANAS DE SALIR A NINGUN LADO

A veces se esta tan bien en un lugar que por más que haya maravillas esperándonos a 20 o 40 km de distancia. Por más que tengamos auto y nos podamos mover fácilmente. Nuestro cuerpo pide otra cosa. Contemplar un hermoso parque, lleno de árboles autóctonos y no tan autóctonos. Caminar por el predio de 2 ha., verla a Mía nadar con ganas en la laguna, llena de camalotes. Bañarnos solos en la piscina, a altas horas de la noche, o bien tempranito por la mañana, cuando todavía no han llegado los demás turistas. Escuchar a toda hora el canto de los pájaros de las muchas especies que se alcanzan a divisar.  Y esta mañana en particular, escuchar también el sonido del viento que se ha levantado fuertecito. Contemplar todo esto desde la galería de nuestra cabañita, mientras tomo mates y escribo en mi netbook, es también un verdadero placer, tal cual fue en otras épocas aquel otro placer que degustaba conociendo todo lo que más pudiera conocer por la zona de mi albergue, como si no lo hiciera, sentiría que me estaba perdiendo de vivir cosas extraordinarias y emocionantes.

¿Saben qué? Esta experiencia tranquila y contemplativa, me recuerda a nuestra noche de bodas en que fuimos con Ely a una cabaña en Río Ceballos y solo nos dedicamos a estar con nosotros mismos y por supuesto con el otro en total comunión. Nuestra experiencia de habernos casado la tarde antes había sido tan pero tan extraordinaria, que ya no hacía falta adornarla con ninguna otra experiencia más. De hecho hemos visto que varias de las cabañas en donde estamos parando están habitadas por parejas que de seguro se están haciendo una escapada romántica de fin de semana.

Sin embargo se que vamos a ir a conocer algunos de estos bellos lugares por los alrededores de Merlo, porque todo nos llega a cansar, y diez días metidos en una cabaña también nos puede cansar. Ya vendrá el momento en que nuestro cuerpo nos pida salir a pasear y a conocer, pero lo que noto diferente este año es que no nos hemos programado un plan detallado de los lugares por los que estaremos, ni estamos pendiente de cumplir con dicho plan, como si de una excursión contratada se tratara.

Nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu están verdaderamente descansando. Son las diez de la mañana y Ely todavía no ha abierto un ojo. Y yo que de ordinario me acuesto a las 22 hs para levantarme de noche como a las 5:30 hs, anoche después del Chivito que me asé a la parrilla y después de habernos visto una peliculita, me terminé acostando a la 1:30 hs para levantarme hoy a las 8:30 hs. (Todavía solo entre los demás turistas, pero a pleno día y demasiado tarde para mi rutina). Creo que todo esto es disfrutar y no solo eso, sino disfrutar a lo grande y con un espíritu cuaresmal dándonos vuelta en todo momento. Es decir un espíritu introspectivo. El mismo espíritu introspectivo con el que medito y oro todas las mañanas en casa bien tempranito, antes de empezar con mis obligaciones, pero ahora en un entorno hermosamente natural y en total armonía con esa naturaleza, con Ely y con nuestra perra.