BUSCANDO UNA MISIÓN COMÚN. Todavía no cerramos viejas nostalgias.

Me pongo en contacto con la página de facebook: “Vocacional Mercedarios Argentina” que tiene un llamado a “los locos” que se comprometen por Cristo y solicito su amistad. Ellos me aceptan y comienza el siguiente diálogo.

-¡Gracias por aceptarme como amigo!

Hasta ahora he venido intentando descubrir mi vocación solo. Soy medio loco y me gustaría, a partir de ahora, continuar descubriendo mi vocación en Comunidad y en especial en la Comunidad de mi querido Colegio Secundario León XIII.

No se si pueda, puesto que soy bastante ermitaño. Saludos hermanos y hermanas y nos estaremos viendo en mayo (mes del segundo encuentro de la pastoral), porque en marzo no estaré en Córdoba.

La Vocacional Mercedarios Argentina responde:

-Podes entrar en contacto y ver tus inquietudes.

-¿Entrar en contacto virtual o personal?

-mmm...no se cual es tu inquietud, pero podemos comunicarnos por el correo de: pastoralvocacional@merced.org.ar

Le escribo entonces al correo electrónico citado:

-Buenas Tardes:

Me ha llamado la atención cómo me han preguntado por mis inquietudes en facebook. Y en realidad no podría haber sido mejor planteada la pregunta. Tengo 41 años, a punto de cumplir los 42 y en realidad me doy cuenta que ya he meditado mucho sobre mi vocación y no solo eso, sino que he avanzado mucho sobre la misma. La tengo ya bien definida y pienso que tal cual me lo dijo el padre Gustavo cierta vez: "La Iglesia carece de grupos para gente de mi edad", siendo la mayoría de ellos para jóvenes o para matrimonios. Yo estoy casado, pero mi mujer no me acompaña en ninguna actividad apostólica en común, o por lo menos vinculado a alguna comunidad religiosa. Ella hace su apostolado solitariamente, como yo hago el mío. Cuando me puse en contacto con ustedes era con la intención de no estar tan solo, dado que entre otras actividades que realizo, estoy volcado a la labor de escritor, y en mis blogs hay mucho de evangelización, desde lo testimonial y autobiográfico.

Obviamente como habrán podido comprobar, mi intención al contactarme con ustedes era formar parte de los laicos mercedarios. Sin embargo ahora que estoy con la cabeza más en frío, me doy cuenta que no podría comprometerme demasiado, ya que el León XIII me queda bastante lejos y la Basílica está en medio del centro, lugar a donde muy pocas veces concurro, por una cierta fobia que le tengo al transito excesivo. Así que en definitiva, prefiero seguir cumpliendo mi misión, tal cual la vengo cumpliendo, un tanto de manera solitaria y mística, manera que tanto me gusta, por mi temperamento y forma de ser, pero que de vez en cuando, me pesa un poco, como me pesó el día que los busqué en el facebook queriendo, en definitiva sumarme a una comunidad religiosa.
Mientras escribo esta carta un pensamiento viajero cruza mi mente: "Ve a la parroquia donde te recibieron tan bien el año pasado" y recuerdo: El año pasado el párroco nos invitó a los fieles a que acompañáramos a los catecúmenos adultos. Así lo hice, llevé a un amigo que tomo los sacramentos de la comunión y confirmación y terminé siendo su padrino. Los fieles que ya teníamos los sacramentos, íbamos a "perseverar".

Allí hice amigos y creo que este año volveré a ir otra vez también a perseverar y tal vez con la intención de ir formándome en el grupo de colaboradores catequistas. Por otro lado tengo una amistad especial con el cura párroco, es mi director espiritual y veo que es allí donde debo ir a buscar los amigos que estoy necesitando en la Iglesia.

En el León XIII los tuve en otras épocas, los tuve entre mis compañeros de aula, a los que veo una vez al año para las fiestas y  los tuve cuando estaba el padre Carlos María Diez, llegando a trabajar para él en la tramitación de documentos para personas indocumentadas de su comunidad. Pero ahora mi cierta dificultad para trasladarme me hace difícil seguir concurriendo a esa Institución Mercedaria.

Lo que me paso el otro día es que siempre me sentí mercedario, pues ese "carisma" me quedo como impronta en mi alma. Y por ello es que quería reunirme con otros mercedarios, como para compartir experiencias y quehaceres.
Les cuento finalmente de qué se trata mi vocación: Soy abogado retirado por enfermedad emocional, hago un voluntariado como asesor jurídico en la ONG Acapef, informándoles a los pacientes y sus familias sobre el universo jurídico que rodea a los discapacitados. Además con mi mujer tenemos una gran vocación matrimonial, siendo nuestra casa como un templo para nosotros, de esos templos parecidos a donde viven los monjes ermitaños.

Mi mentor es el hermanito del Corazón de Jesus, beato Carlos de Foucauld, místico y apostólico al mismo tiempo.

No tenemos hijos, ni podemos tenerlos, pero ambos experimentamos la paternidad y maternidad, entre nuestros amigos mas jóvenes, la mayoría de ellos, con enfermedades parecidas a la mía y también con nuestros sobrinos, que gracias a Dios tenemos muchos.

Por último soy escritor de blogs de corte autobiográfico, donde casi siempre comparto mis experiencias en la oración y en la meditación, muy necesarias en mí para sobrellevar mi enfermedad (Trastorno bipolar).
No teniendo nada más para contarles, me despido y los aliento a continuar con vuestra labor con todas las bendiciones del Señor para ustedes. Atte

-Querido Leandro:

Me emocionó leer tu presentación, agradezco tu sinceridad y apertura. Te cuento un poco el por qué de mi pregunta. Tenemos un equipo de pastoral vocacional, pensado para el acompañamiento del mismo, lo cierto es que está pensado para jóvenes. Creo que por lo general son los jóvenes que aún no descubren su misión o no han definido específicamente desde donde realizar su servicio, desde lo laical hasta lo religioso- sacerdotal. Fue pensado desde un principio para eso, ahora, no quita que podamos, en algunos casos específicos, acompañar a adultos. Creo que lo tuyo es distinto, noto muchas ganas de trabajar. La orden de La Merced tiene espacio para adultos; contamos con espacio de fraternidades laicales para adultos y jóvenes. Desde luego podes sumarte a algún espacio de la Merced en el centro, o en el León XIII y cualquier cosa que necesites solo escribí y vemos. 

Fray Hernan.

-Gracias Fray Hernan. Ya veremos a dónde me guía el Espíritu Santo. Dios te bendiga