Amigo Leandro:
Entiendo que estás pasando por una etapa mística y reflexionando sobre ello te escribo estas líneas. A lo largo de la historia mística han habido tres corrientes: una católica indiscutible, una herética y una intermedia entre las dos anteriores. Temo que puedas verte seducido por la herética y por eso también te escribo. En fines de la Edad Media el misticismo era muy popular y se desarrollaron tres corrientes. Se dieron, en parte, porque muchos entraron a dudar sobre el valor de la razón para llegar a Dios. Pero fíjate que el misticismo plenamente católico, si bien buscaba a Dios por la contemplación, no rechazaba la filosofía tomista para llegar a Dios. En esa corriente estaban: Juan Ruysbroeck, Gerardo Grot, Tomás de Kempis, Juan Gerson, Dionisio Cartujano y ya en la España del siglo XVI y XVII, a San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Para ellos no había contradicción entre la búsqueda de Dios a través de la razón y a través de la mística. La razón y la mística son caminos paralelos, que se complementan entre sí, y no se oponen. Son distintas vías para llegar a Dios. Por lo tanto no hay un rechazo al racionalismo escolástico. En el misticismo intermedio tenemos a Eckehart, Suso, Taulero, Matilde de Magdeburgo, y Dietrich von Freiburg. En esta corriente hay textos que pueden interpretarse como panteístas(es decir que se confunde el alma humana como parte de Dios). Pueden interpretarse de ese modo porque no son muy claros e influyeron en el protestantismo. Y finalmente tenemos el misticismo herético, que influyó todavía más en la Reforma Protestante. En este último tenemos a Margarita Porrette, Blommardine y en la época del protestantismo propiamente dicho, a Bruno, Valentín Weigel y a Santiago Boehm (estos dos últimos pastores protestantes). Este misticismo es netamente y clarísimamente panteísta. Incluso llega a decir que el alma se aniquila en su unión con el amor de Dios. Otra característica de este misticismo es su rechazo a la razón y que sólo se puede llegar a Dios a través de la fe y la mística. Y ahora vamos al punto medular: para el protestantismo la razón no sirve para llegar a Dios. Se llega solamente a través de la fe mística. Por lo tanto rechazar o dudar de la razón como forma de llegar a Dios es acercarse peligrosamente al protestantismo. Me parece que vos medio como que subestimas últimamente a la razón y con eso podes ser vulnerable a posiciones heréticas. Además la razón humana fue creada por Dios, para que todos también podamos llegar a él por ese ámbito ámbito. Por eso mismo San Pablo condenaba a los paganos por no creer en el Dios verdadero, ya que por la razón podían llegar a él. Ahí tenemos, como ejemplo a Sócrates, que por el sólo hecho de usar la razón, descubrió la existencia de Dios, como así lo insinuó Platón con su idea del Bien Supremo, y sobre todo Aristóteles con el Primer Motor. El error del protestantismo y de la mística herética es negar a la razón como medio para llegar a Dios. San Agustín necesito de la filosofía platónica para llegar al cristianismo y ya antes San Justino decía que el dios de los profetas y patriarcas judíos y de los filósofos griegos era el mismo. La razón s es necesaria y positiva para llegar a Dios. Así hay una teología revelada en las escrituras y otra teología natural que se revela en la razón filosófica. Espero que distingas el buen misticismo del malo y herético. Y que nunca dudes del bien que hace usar la razón para la contemplación de Dios.
Para terminar te sugiero que trates de armonizar la fe con la razón. Sin embargo creo que el misticismo puede ser muy complicado para experimentar y que hay que tener mucho cuidado. Cuando uno se aferra al misticismo puede descuidar cosas importantes
SALUDOS AFECTUOSOS.
BALTASAR.
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