Por Esteban Janiot 17 de julio 2010
Yo creo que el hombre esta insertado en la vida bajo tres aspectos.
Uno es el quehacer práctico. El volitivo el que hace a la producción y cambio de cosas y situaciones. Tiene que ver con la evolución social y los reacomodamientos históricos y políticos.
Es entonces, el hombre volitivo.
Otro es el investigador y explorador del continente y el contenido de las cosas y de los seres, de la vida. El porqué y el para qué de todo lo que ocurrió, ocurre y ocurrirá. El que mide, pesa y comprueba los fenómenos de la existencia. El que trata de dar respuestas, pero siempre estará lleno de dudas y preguntas. Se inclina hacia la ciencia. Hacia lo racional.
Es el hombre lógico.
Hay un tercero que conduce a la expresión de todo lo que atañe a la vida. A la historia, a la lucha, a la angustia y a la alegría de vivir. A la dulzura del amor y la amargura de la muerte. El que le pone su canto y la música a la vida. El que la convierte en poesía, el que le da forma y color. El que contempla y expresa la vida a través de las aristas de sus sentimientos. El que le da el lenguaje del arte.
Es el hombre intuitivo.
Nosotros todos formamos parte de ese inmenso coro que forman los artistas de todo el mundo. Todos somos necesarios. Cada uno en la medida de sus posibilidades y su propuesta. Nuestra huella en el arte es una manera de trascender, de superar el límite de la propia existencia. De satisfacer aquello que Miguel de Unamuno llamaba “El hambre de inmortalidad”.
Por supuesto que la vida se encarga de hacer que todo hombre reúna en si mismo los tres aspectos, el volitivo, el lógico y el intuitivo, pero a través de sus vivencias va privilegiando uno de ellos. Y si no puede, porque circunstancias involuntarias no le permiten, lo enmascara y lo tiene en un rincón del alma, adormecida, pero latente, siempre.
Aun con la modestia propia del que no puede todavía darse a conocer, ignorándolo muchos, estamos aquí, señalando nuestra huella en el tiempo. Grande o pequeña, clara u oscura, liviana o profunda. Pero para que quede.
En esta cálida colmena de artistas que es Estímulo de Bellas Artes aquí estamos para celebrar nuestra vocación como una religión de vida. Somos militantes del arte y este salón es la expresión de nuestra batalla por lo conmovedor de la vida.
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