DE TORMENTAS, DESESTRUCTURACIONES, EJERCIO DE CENTRADO Y OTRA VEZ LA CALMA

Buenos Aires 12 del VIII de 2011 son las 12:35 hs. estoy en el Bar Star Club del Paseo de la Plaza. Hace unos instantes el cielo oscureció tanto que todo el mundo decía: “Se puso de noche” y cabe aclarar que a pleno medio día. Lo interesante es que así estaba sintiendo mi alma: “oscurecida” dado que como le dije hace un rato a mi amigo Patricio, en un breack que nos hicimos del Primer Encuentro Nacional y Latinoamericano de Usuarios, Voluntarios, Familiares y Voluntarios por los Derechos e Salud Mental que se esta llevando a cabo entre ayer y hoy…: “En este congreso se me resquebrajaron mis cimientos”. Veo en la televisión del Bar, imágenes de un cielo oscurísimo a pleno día y la leyenda dice: “Caen piedras en Capital”.

En el Bar se rinde culto a los Beatles y justo en este instante suena una canción de ellos con un instrumento de cuerdas de fondo, esas especies de guitarras indias.

 El paseo es hermoso y encuentro un poco de tranquilidad, silencio, buena música, naturaleza y arquitectura entre rústica y posmoderna. Cantan los pájaros rezagados.

Vuelven otra vez mis pensamientos:

-Estoy capitaneando una crisis

-Yo puedo

-Mi esposa me acaba de decir que soy inteligente

-Mis cimientos no deben ceder

-Mi estructura es antisísmica

Y como dice el dicho: “siempre que llovió paró”.

El estado confusional que me sobrevino en medio de la conferencia durante esta mañana y que se debe a la “política, la filosofía y la doctrina” que se fomentan en la misma, de donde cabe aclarar que también se habla de “supervivientes” además de familiares, usuarios y voluntarios del sistema de salud mental, y aunque no se lo ha definido expresamente a este término superviviente, debo sostener lo que he percibido bastante subjetivamente por cierto:

Supervivientes de los manicomios. Psicólogos comunitarios y psicólogos sociales  supervivientes de la dictadura militar, pacientes y profesionales supervivientes de la psiquiatría, en definitiva, como si la psiquiatría estuviera relacionada con el fascismo.

¿Y entonces por qué he ingresado a ese estado confusional mencionado? Pues sencillamente porque “dependo de la psiquiatría cognitiva comportamental” y lo digo con todas las letras: “dependo de ella”, mientras que en este encuentro una de los caballitos de batalla es que los usuarios no dependamos nunca mas de nada, ni de nadie. Que seamos plenamente autónomos. Hasta he llegado a percibir también que para nosotros los usuarios, no es necesaria la medicación farmacológica, porque la política del Encuentro considera que esto es parte de los intereses creados por los grandes laboratorios multinacionales y que nosotros los usuarios y nuestras familias, seríamos los grandes consumidores de un determinado nicho de mercado que es el de la salud mental.

Sin embargo en el Paseo de la Plaza esta cediendo mi estado confusional, en virtud de que me “he retirado”, me “he exiliado”, el día se ha vuelto a poner claro, mas allá de que sigue garuando. Me he cambiado de lugar, me vine a la terraza de un restaurante: Las Cañas, y he pedido unos ñoquis caseros a la bolognesa con verdadero queso regianito fresco y recién rayado ¡Están espectaculares!

He empezado a entrar en calma en un ambiente semejante al descrito antes, pero para fumadores. Estoy solo en la galería del restaurante pero enseguida hace su entrada la tormenta de la civilización: De repente comienzan a llegar otros comensales, se los escucha hablando de negocios, sus palabras fuertes se mezclan con la música ambient que suena de fondo, en el piso de abajo comienza a sonar un desubicado saxo que le pone una nota disonante a la música ambiental. El ruido comienza a saturarme de nuevo, pero otra vez sobreviene la naturaleza y comienza a llover torrencialmente acallando todo tipo de ruido desafinado. Se calla el bajo y empieza a regir una nueva y curiosa armonía. A las voces de los hombres de negocios que se hallan almorzando los escucho hablando de “mi negocio predilecto”; la construcción de departamentos y la inmobiliaria… comienzo a sentirme como en mi ambiente, por más que este muy lejos de él. Las luces y sombras del clima se suceden dinámicamente como efectos especiales y naturales del escenario. Estamos en el corazón de la manzana y no se escucha el ensordecedor ruido del endiablado tráfico porteño, sin embargo de vez en cuando, un escape de moto desubicado contrasta con el efecto natural en medio de la calle Corrientes y la zona de los teatros, pero no alcanzan a molestar. Entonces un pensamiento viajero inunda mi mente:

“Estoy describiendo una contemplación y una percepción particular”.

Un pajarito canta fuerte en medio de la lluvia y le da un toque misterioso a la misma. Una nueva sinfonía ambiental esta sonando en mi mente y en mi corazón. Pero a diferencia de la última que escuché  de estas, en medio de la naturaleza mas virgen de Flor Serrana, estando de campamento con mi amigo Baltasar en Enero próximo pasado, esta sinfonía natural es absolutamente urbana.

Las imágenes que advierto son geniales: “Una arquitectura rústica entremezclada con posmodernismo” Canteros circulares y ornamentales con bellísimas plantas y enormes árboles, pisos cerámicos blancos y negros, junto a los toques en adoquines, pérgolas también circulares en chapa y hierro, mezclados con la madera de sus pisos, idas y vueltas, rebusques y recovecos, negocios súper fashions, y otros de música étnica y compraventas de cosas de nuestro pasado, pasado cercano pero casi todo de las décadas de los 60 y 70. Los pájaros que habitan el lugar mostrándose tranquilos y respetados en medio de una ciudad ciertamente muy pero muy agresiva para la fauna cimarrona. Y siguiendo con la percepción musical… ingresan ahora a la terraza nuevas personas, una pareja le pone su toque romántico, por más que parecieran ellos dos ejecutivos muy ejecutivos, por cierto, pues no paran de dar órdenes a sus dependientes por sus celulares.

Y en eso entran mis dos compañeros: los Familiares; Patricio y Carlos que se están haciendo su receso del Encuentro para el almuerzo. Ahora los contemplo a ellos y los noto ciertamente alegres y hasta eufóricos con los resultados del congreso y con sus propias percepciones. Tal vez hasta lleguen a notar como lo han dicho todos los demás, los tiempos de cambio y vientos favorables en esto de la Salud Mental. Los sigo contemplando y presto atención a su diálogo, hasta que Carlos me dice: “Estas reflexivo… ¿Qué te pasa?”

Entonces decido al fin intervenir y participar de la charla. Les comento:

“Me doy cuenta que me negativicé mal en estos dos últimos días en Buenos Aires y me doy cuenta además que no hace falta.

Pienso que no necesariamente debo desestructurarme en nada si no lo deseo. Que tengo que seguir con mis principios de docilidad y respeto al médico de cabecera y a mis referentes de vida, esos que yo mismo me he elegido, siendo el primero Dios y siguiéndole ciertos familiares y amigos a los que les he dado gran autoridad para que me aconsejen y me ayuden a discernir y aunque me haya tornado en heterómono, en lugar del autónomo, que todo en este Encuentro pretenden indirectamente que sea, cuando lo desean para todos nosotros los usuarios. Contradigo al propio Kant inventor de este término heterónomo, que los cataloga como dependientes, pues tal como ya lo he expresado en artículos anteriores…, si bien soy heterónomo porque sigo la Voluntad de Dios para mi vida, y muchas veces sigo los consejos de otras personas… a Uno y a otros les he dado esa autoridad sobre mi que ya he mencionado, se las he dado libre y concienzudamente por un simple motivo: hace mucho descubrí que solo no puedo, que suelo ser hasta inimputable mas de una vez por lo que mi juicio muchísimas veces es poco sensato y poco cuerdo y por ello poco realista, y estos consejos y esta entrega a la voluntad de Dios, mediante mi humilde mística, me dan seguridad y me permiten actuar frente a la sociedad como un hombre respetable y bastante cuerdo, casi casi nada loco ya, sino mas bien y para siempre bohemio y excéntrico tan solo. Este sistema de “tutelaje o de curatela de hecho” sobre mi persona y que yo mismo me lo cree con absoluta libertad, me ha dado mucho resultado, me ha ayudado muchísimo en la vida y he progresado tremendamente teniéndola a mi esposa por principal curadora ad hoc, junto a mi hermano padrino y curador ad rem y ad hoc, y junto a mi padrino social Patricio, mis ancianos y valiosos padres, todavía vigentes, ejerciendo su rol de referentes vitaliciamente y mis madrinas, todas adoptadas por mi y que todos juntos, salvo mi esposa, son mis mayores a los que tanto respeto por tradición cultural y ancestral. No soy un rebelde, lo fui y me corregí y ahora solo me rebelo contra tanta libertad mal utilizada muchas veces. Me rebelo contra las doctrinas que solo hablan de Derechos Humanos y ni se les ocurre pensar que existen concomitantemente y como contrapartida necesaria, las Obligaciones y Deberes Humanos, ambos (derechos y deberes) como Necesidades Humanas Fundamentales y Esenciales.

No debo preocuparme porque exista una mayoría doctrinaria que no crea en la psiquiatría, ni en los médicos de cabecera a la tradicional… Ha ocurrido con la salud mental, como antes ocurrió con los matrimonios homosexuales, mucho se desvirtuó en pos de una supuesta libertad mal concebida y una interpretación incorrecta de lo que es natural. Para los abogados, los “padecientes” mentales son discapacitados mentales y como tanto, merecen ser protegidos con figuras tutelares, que no sean necesariamente incapacitantes de los derechos propios de ciudadano… Leí cierta vez por ahí entre los tantos ensayos sobre el tema: los discapacitados tienen iguales derechos, en iguales condiciones, con mas uno: el de ser especialmente protegidos. ¿Saben qué? Muchas veces me imagino que cuando al fin se cierren los manicomios y los reclamos para que el Estado abra las residencias intermedias y estas no lleguen, pasemos a ver montones de locos autónomos deambulando y peregrinado por las calles de las grandes urbes, como paso en EE UU y que lo muestra cabalmente la película El solista. Calles inundadas de solistas haciendo su propia música homeles. Allí después de Vietnam comenzó a regir el modelo autonomista que supuestamente no solo superaba al sistema hospitalario y asistancial, sino al propio sistema rehabilitatorio típioc para todo discapacitado.

Nos esta ocurriendo a los católicos, por progresistas que seamos, como antes nos ocurrió con los matrimonios homosexuales y como tal vez ocurra luego con el aborto, venimos perdiendo recurrentemente.

Aún los católicos progresistas nunca seremos tan progresistas como los New Age, o los materialistas marxistas y ateos y que quedan de la movida de los años 70 y que hoy están gobernando todos los ámbitos de la Argentina.

Y entonces me pregunto: ¿Quiénes somos nosotros por oposición a ellos? Pues somos las OSC donde trabaja mi comunidad afectiva y familiar, aunque sea una gran familia adoptada por mi, somos la izquierda de la Iglesia de las Ordenes y de la Parroquia del Barrio, somos nosotros los progresistas moderados y católicos, Católicos al fin que por progresistas que seamos y por ello minoría, somos también al igual que los de derecha, perseguidos y fuertemente criticados supuestamente por fachos y nada mas que por ser Católicos.

Para ellos los progresistas extremos somos de sencillamente de la derecha, tal vez sin nos observan con detenimiento y con mucha suerte: de centro derecha y tal vez hasta social-demócratas.

Entonces voy arribando a mi conclusión:

No se desmoronarán mis cimientos por mas que los mismos hayan sido verdaderamente dinamitados por los extremos políticos y religiosos, mis nuevos cimientos que los construí al comienzo de la década del 2000 los hice fuertes y permanentes, y con esta meditación reflexiva he vuelto una vez mas al centro. El centro que parece mi gran desafío de vida en todos los aspectos de mi persona. Y desde la Ecuanimidad, desde el equilibrio y por qué no, desde la Etica Radical, desde la cuestión auténticamente democrática y para nada autoritaria de las derechas e izquierdas…, desde la autoridad horizontal y ya no vertical, aún cuando esta última fue la que me enseño sobre la autoridad moral e interior, desde la religiosidad que consolida un verdadero yo, en lugar de desestructurarlo y esparcirlo en un ridículo panteísmo enajenante y alienable tan de moda. Desde un buen ego o desde un yo debidamente consolidado y luchador, no tan vulnerable ni voluble. Desde un yo adecuadamente contenido, en lugar de un yo esparcido, disperso, colgado o expansivamente delirante, aún entre los supuestos normales y hasta algunos profesionales de la salud mental y hasta académicos teóricos y doctrinarios que nada han experimentado en el campo comunitario y que hablan de ello y se llenan sus bocas de ideologías, como si fueran verdaderos expertos.

Me gustan los pin, los colecciono y en los kioscos de diarios y revistas de Bs. As. los venden como moda. Todos los que he comprado para mi colección, son símbolos identificatorios, símbolos de membrecía y de identidad grupal o social. Entre ellos adquirí hoy el de Caritas, y no lo compre porque pertenezca a ninguna de las áreas de esta organización de la Iglesia, solo hago mi aporte anual a la colecta que esta organiza, pero de todas formas adquirí el pin porque me identifico con lo que significa la palabra latina “caritas”, sencillamente: caridad. Y ahí es donde me identifico con lo que hacen conmigo y en lo que hago con mis congéneres. Una auténtica caridad y en absoluto una limosna. La auténtica caridad muchas veces consiste en enseñar, en contener y en limitar y por más que nos pese. Hacer auténtica caridad es esforzarse, es darse es donarse es entregarse no solo a Dios, sino al hermano necesitado de todo y entre esto de las Necesidades Universales, viéndolo a él como a un Cristo dado que el Espíritu Santo habita en todos nosotros y acá cuando me refiero a nosotros, me refiero a la humanidad.

Y esas instituciones de las que llevo pines son cada vez mas y mas en mi y esto porque me siento verdaderamente incluido, me siento inserto otra vez, me siento definitivamente en el mercado, practico la solidaridad por el bienestar general y soy afecto a la economía social y hasta el trueque de bienes y servicios, como expresión de la amistad social.

Se a ciencia cierta que estoy inserto e incluido, no se por qué lo se, pero lo se porque simplemente lo intuyo y así lo siento y me lo hacen sentir mis afectos.