Comenzaré desde mi instante presente tal cual lo indican todos; religiosos y no religiosos. Pues en este instante presente acabo de recibir un cariño muy pero muy grande de parte de mi esposa y que viene al caso para esta meditación sobre la tierra y los lazos que tenemos con ella, meditación y oración que se esta realizando en simultáneo desde la casa de mi mejor amiga, la Yogui Católica; Analía Verónica Estrada, en Villa María, Córdoba y para el mundo entero.
Mi meditación comienza así:
Entra a mi “oratorio” Ely, mi esposa a cebarse uno de mis mates, mientras yo termino una llamada telefónica que me ha interrumpido y por la cual me he ganado una nueva clienta. Ely y me vuelve a interrumpir muy saludablemente diciéndome lo siguiente:
“Nano estaba en la cocina (también a solas y sabiendo de nuestra meditación) y de repente sentí como un orgullo en la boca de mi estómago”
Entonces ciertamente sorprendido le pregunté: ¿Qué es esa sensación, me la podes explicar por favor?
Y tímidamente continuó expresando:
“No se, sentí un orgullito por que te veo trabajando, lleno de trabajo y muy requerido”
Entonces sentí una hermosa sensación de bienestar y de gratificación y obviamente le di un beso.
Entonces tuve en ese instante mi primer insais:
Debo comenzar por acá mi oración de hoy, pues lo primero que recibimos de nuestra tierra es amor, mucho pero mucho amor, y qué mejor que estas dos maneras de expresar “ella”, este amor que siente por mi, sino a través de las cálidas palabras de mi esposa y concomitantemente una llamada telefónica de una clienta solicitándome un turno de asesoramiento o lo que es lo mismo: Brindándome la tierra en la que habito justo todo en el mismo momento que estamos orando por ella: Amor y Trabajo… Me rio por dentro y me doy cuenta que si me rio es porque estoy saludable y entonces si estoy saludable es porque gozo de Salud… y llego a mi primera conclusión en esta particular meditación a la occidental y Cristiana, es decir: “Reflexiva y Religiosa” y mi conclusión es:
Esta tierra me brinda Amor, Trabajo y Salud…
Entonces me vuelvo a sonreír porque se me viene a la mente un “pensamiento viajero” que se me dicta desde el cielo:
¿No es acaso la preocupación de todos los horóscopos y oráculos de la New Age?
Amor, Trabajo y Salud. Me rio con más ganas aún y cabe destacar que estoy a solas desde ya hace un rato cuando mi esposa volvió a sus ocupaciones y me dejo solo en actitud orante y contemplativa.
Entonces lo que luego viene a mi mente es una pregunta:
¿Es una diosa esta tierra nuestra?
Rápidamente me contesto:
¡No en absoluto!
Dios hay uno solo y este es el Padre Creador que creo entre otras millones de cosas esta bellísima y hermosa tierra para nosotros, para que nos valgamos de ella y para que la cuidemos, la “amemos con toda el alma, el cuerpo, el corazón y la mente” y esencialmente la respetemos como si de un ser vivo se tratara y por lo mucho que ella nos brinda (Casi todo lo que necesitamos y mas todavía hasta el exceso).
Entonces recuerdo un grafiti de los jóvenes de la juventud católica de Gral. Roca, Río Negro, por allá en el 2006 que en los muros de la Catedral de esa bella ciudad habían escrito:
“El Cristiano del Nuevo Milenio debe ser: Ecuménico, Ecológico y Místico…”
Sigo a pies juntillas esa máxima desde que la leí y además de ecuménico, como católico progresista que soy, me considero también “macro ecuménico” por lo que le tengo esta gran afinidad a la Nueva Era en general.
Por esto me estoy sumando a ella en este momento, por eso estoy orando con ustedes amigos y amigas de Villa María en el mismo momento, en una misma sintonía y frecuencia y en la misma dirección, mas allá de lo que sostengan mis creencias y que puedan llegar a ser diferentes a las de vosotros y cada uno de ustedes.
Todos queremos lo mismo:
1) Agradecerle a nuestra tierra lo mucho que nos da generosamente todos los días de nuestras vidas.
2) Hacerle sentir que la amamos con toda nuestra pasión romántica
3) Decirle que estamos muy tristes con el abuso de sus recursos naturales que hacen los hombres y mujeres desaprensivos que no logran ser ecológicos y que a veces hasta hacemos nosotros mismos, cuando actuamos igual de desaprensivos.
4) Rogarle que no se nos agote, pues ella es nuestra principal fuente de vida La de todos nosotros los seres humanos de todos los rincones del globo.
5) Pedirle que se defienda del abuso antes señalado, como ella mejor lo disponga, pues nosotros al menos estamos preparados para sus decisiones, por drásticas que sean de vez en cuando.
6) Que siempre la entenderemos y la justificaremos, pues ella también tiene derecho a la legítima defensa, tal cual nosotros.
7) Que la sentimos una con nosotros y muy grande, grandísima y al mismo tiempo súper vulnerable, frente a estos hijos jodidos que somos y frente al resto del cosmos, mas de una vez agresivo con ella.
Entonces y para ir cerrando diré lo que piensa mi mente:
Mi mente sabe que esta bellísima tierra no es una diosa como lo creen muchísimos, pero la “siento” como un ser al igual que todos nosotros y por momentos me daría la sensación que hasta tiene su propia consciencia. Y lo que en realidad cuenta es que la amo igual a como la aman todos los que la protegemos.
Además esta creencia de que tenga o no entidad de “ser”, no es en absoluto trascendente. Lo trascendente es que Nuestra Tierra esta rodeada de divinidad, algunos pueden creer que es una divinidad “en si misma” yo disiento con ellos, pero de todas formas creemos muchos de nosotros, que esta divinidad que se “percibe en ella” se la transmite el hecho de ser muy protegida por Dios, por los hombres buenos y sensatos, por ángeles que la tienen encomendada y por las leyes de la naturaleza que la hacen defenderse a capa y espada, leyes creadas por Dios y para regir el inmenso Caos de este curioso Cosmos que se opera gracias a esas divinas reglas naturales.
Y si nos queremos sentir “uno” con ella, cristianos y no cristianos, pues nos sintamos uno, ¡órale y dale que va…! nos sintamos uno, pues sentir no es lo mismo que creer, ni pensar. Con corazón la siento y la trato como “una” conmigo y con todos nosotros los seres vivos que habitamos en ella, que somos cada uno de nosotros “únicos” por otro lado, pero que al mismo tiempo estamos inescindiblemente unidos a esta hermosísima, magnífica y espectacularísima “cosa” que es la Tierra. En fin… mejor que ninguna otra y así somos los abogados de dramáticos con nuestros términos técnicos jurídicos.
Yo se que esta cosa tiene una significación tan trascendente para mi que la siento como una madre que me contiene y que me provee de todo. Tan madre como mi madre, la señora Georgina Irene García de Alippi, tan madre como mi Madre del cielo; la Virgen María y tan madre como todas las demás madres, todas ellas bellísimas y hermosas.
¿Qué me importa que mi mente y mi corazón estén escindidos?
¡Tengo esta capacidad diferente y la exploto creativamente convirtiéndome en persona especial!
De esta forma no me confundo: se lo que pienso y se lo que siento, puedo diferenciar una cosa de la otra, se también lo que creo y se también que nunca la idolatraré, sino que la trataré con mi absoluto respeto, el respeto que Dios me enseña y nos pide encarecidamente a través de las muchas señales y signos que nos transmite. Nos pide que la tratemos como una de sus mejores creaciones y para servirnos amablemente, discretamente, justa y equilibradamente e incondicionalmente de manera amorosa.
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