ENTRE AUTORÍAS Y COMPILACIONES

HACE AÑOS EMPEZAMOS A ESCRIBIR UN ESTILO PRINCIPALMENTE AUTOBIOGRÁFICO, EN PARTICULAR EN LOS OTROS BLOGS CUYOS LINKS ESTAN EN ESTA PÁGINA. CUANDO EMPEZAMOS A ESCRIBIR MENSAJES PARA LA ALDEA GLOBAL, DECIDIMOS INTERCALAR ENTRE LOS ESCRITOS DE NUESTRA AUTORÍA UNA SERIE DE COMPILACIONES Y TRANSCRIPCIONES DE TEMAS SACADOS DE OTRAS FUENTES DE INTERNET, EN PARTICULAR LA WIKIPEDIA.
LA FINALIDAD DE ESTAS TRANSCRIPCIONES, ES PARA EL AUTOR, IR IDENTIFICÁNDOSE CADA VEZ MAS CON DIFERENTES IDEOLOGÍAS QUE EXISTEN EN LA ACTUALIDAD Y EN BASE A LO QUE LE VA DICTANDO SU CORAZÓN, LO QUE NO DEJA DE SER UNA TAREA DE AUTOCONOCIMIENTO. POR OTRO LADO, PARA LOS LECTORES LES OFRECEMOS ESTAS COMPILACIONES DE IDEAS Y ESTUDIOS PARA COMPARTIRLAS CON USTEDES Y CON EL AFÁN DE PROMOVERLAS.
ESPERAMOS QUE SEAN DE SU AGRADO O POR LO MENOS MOTIVO PARA VUESTRA REFLEXIÓN.

domingo, 28 de noviembre de 2010

PROFUNDIDADES Y SUPERFICIALIDADES

Mis padres o mi hermano o alguien muy cercano me regalaron cierto día unas antiparras profesionales. Se ve que conocían mis gustos, pues siempre me gustó nadar inmerso bajo la superficie, es más, cuando aprendí a nadar, lo hice primero por debajo de la superficie y luego fui ,muy de a poco, aprendiendo a mantenerme flotando con el estilo croll, rana o plancha. Por este motivo había tenido varias de esas antiparras que se compran en cualquier comercio veraniego para llevarla a la pelopincho o el río, y siempre les había encontrado un gran defecto; No eran impermeables y enseguida se llenaban de agua, obstaculizando la visión subacuática.
Estas, profesionales eran absolutamente impermeables y me las podía pasar buceando durante todo el tiempo en que podía contener mi respiración (que en aquella edad era mucho tiempo), sin que me entrara ni una gota de agua por mi nariz o en los ojos.
Esto me permitía nadar en todas las posiciones y direcciones, ya que el agua nunca se entraba por las fosas nasales produciendo esa molesta sensación de picazón que de seguro todos conocemos.
La cuestión que en el Arroyo los Chorrillos de Carlos Paz, encontré una gran olla de cómo tres metros de profundidad y varios metros cuadrados de superficie. Estaba retirada del gentío que estaba todo hacinado en el balneario el Diquecito, o cuanto mucho un  poco aguas arribas, pero a esta olla no iba prácticamente nadie y yo me pasaba horas sumergiéndome y subiendo a la superficie a tomar aire, para luego volver a sumergirme una y otra vez.
Fui descubriendo de a poco toda la flora y la fauna ribereña, como así también la topografía subacuática y todo ello me parecía de lo más emocionante. Hasta comencé a seguir los monstruos de las profundidades, esas viejas del agua que se encontraban fondeando y a las que uno solo se les podía acercar buceando muy pero muy sigilosamente, hasta que las viejas lo dejaban a uno que las observara con todo detenimiento, de repente uno se animaba y las agarrara por su cola, produciendo esos bichos, una sensación bastante desagradable en la mano por ese cuero tipo lija con el que están cubiertas. La sensación desagradable solo me permitía tomarlas por un brevísimo instante para dejarlas ir luego, no solo por la intención de respetarles su libertad natural, sino por esa fea sensación.
El relato es anecdótico y simbólico, y con ello quiero significar que desde muy temprana edad me gustaron las profundidades; las profundidades de los ríos, del mar, de los bosques, de las montañas, y de todo accidente geográfico. Me gustó siempre ir a donde no hubiera gente. Donde estuviera solitario. Donde me podría sentir uno con esa naturaleza que se me mostraba virgen.
Pero también desde muy jovencito me comenzó a gustar ir a las profundidades de los pensamientos, fui muy ayudado en esta tarea por el estudio, durante siete años del secundario, del latín y el griego, que eson lenguas en donde resulta fundamental el análisis de los textos, su sintaxis, el significado de las palabras, la conjugación de los verbos, los nombres y los calificativos, en fin… son lenguas, que enseñadas a la manera tradicional, le desarrollan a uno una capacidad especial para el razonamiento lógico y el análisis mental, todo esto sumado a mis dos cursos de lógica en las materias de introducción a la filosofía, tanto del secundario como de la facultad.
Con estas herramientas fue que comencé a analizar mis propios pensamientos y sentimientos y eh aquí el origen de este estilo bastante propio de; psicoautobiografía.-
La cuestión que ya hemos dicho en otro lugar de esta obra que las personas que padecen trastorno bipolar sufren verdaderas discapacidades, por cuanto siguiendo la definición que da el artículo 2 de la ley 22.341, que dice:
A los efectos de esta ley, se considera discapacitada a toda persona que padezca una alteración funcional permanente o prolongada, física o mental, que en relación a su edad y medio social implique desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral.  
Cabe destacar que un sinónimo de alteración es deterioro, de donde podríamos decir que un deterioro funcional o alteración funcional, no es otra cosa que una disfunción, que es el término que utilizan los psicólogos y los psiquiatras.
Esta claro entonces que la persona que padece un trastorno bipolar severo sufre una verdadera disfunción mental, que le produce una grave desventaja para su integración, por ejemplo en el ámbito familiar.
Pareciera que la disfunción es una sola y de naturaleza mental, sin embargo deberíamos hablar en forma mas precisa de “disfunciones” y también deberíamos decir que las mismas se provocan por factores multicausales; desde los orgánicos y naturales, pasando por los psicológicos propiamente dichos, sumándoles los culturales y sociales y llegando incluso a los espirituales y religiosos.
Todas estas causas tienen su efecto principal, en la mente del individuo, y es por eso se cataloga su enfermedad, dentro de los trastornos mentales.
Volviendo a nuestra anécdota:
Nadie podría discutirme que el trastorno bipolar debe tener, si o si, un factor orgánico sin el cual la enfermedad no se hubiera desencadenado, sin embargo este otro factor propiamente psicológico que estoy revelando, de haber tenido años de entrenamiento en mi medio cultural, en torno al análisis y de haber aprendido a “necesitar del aislamiento” del medio social, para alcanzar el grado de concentración suficiente como para poder realizar el análisis mas profundo de todo lo que pasa dentro y fuera del propio ser, es una característica de este autor, es decir, una característica de mi personalidad y no ya, una característica de mi enfermedad.
El problema esta dado en que esta característica me ha traído aparejada una desventaja considerable para poder integrarme adecuadamente al ámbito familiar y social, en la dirección que reza la norma jurídica antes transcripta.
¿Y por qué esta desventaja?
Me pesa muchísimo reconocerlo, pero la razón de ser es una sola: ¡Orgullo!
El orgullo que me ha producido siempre, tener la capacidad de entre unos pocos, que pueden llegar a sumergirse en las profundidades mas profundas, me ha llevado, sin darme cuenta, a menospreciar a aquellos que no lo pueden hacer y en cierta medida, ese sentimiento me ha conducido a pecar de elitista.
Sin embargo el gran pesar que se siente cuando uno percibe que dentro de un determinado grupo social, todos están integrados perfectamente, mientras uno, por el contrario, se halla aislado… me ha llevado a reflexionar sobre lo importante que es para un hombre profundo, aprender a compartir también, las superficialidades de la vida y a hacerse uno con ellas de manera tan natural, como cuando esta sumergido en sus pensamientos, análisis y doctrinas y a llegar incluso, a descubrir, en medio de esas superficialidades aparentes, las grandes necesidades universales de toda la humanidad y que acucian a todos por igual, como por ejemplo; la falta de amor, de justo reconocimiento, de noble admiración, de adecuada valoración, de aliento y orientación, o cosas por el estilo.
Ciclópea tarea para un hombre que sufre esta tremenda desventaja social, cual es el amor por la profundidad y el retiro… aprender de una vez por todas, a nadar también por la superficie de una pileta de un club, lleno de gente, escuchando el chapoteo de varios nadadores, los gritos de los entrenadores, el silbato de los bañeros llamando la atención, el aliento y las bromas de los familiares desde la orilla, y como si eso fuera poco, la música sonando a todo volumen, desde la cantina del club, cerveza de por medio, para casi todo el mundo, menos para el profundo al que no le esta permitido consumirla por su vulnerabilidad también al alcohol.
¿Cómo hacer para dejar el “silencio ensordecedor” de aquella olla solitaria en medio de la naturaleza virgen, para ir al gentío y el ruido de la pileta pública y allí aprender a escuchar lo que de una vez por todas debe escuchar?
Ojala con la Gracia de Dios y con el resultado del tratamiento integral que vengo realizando desde hace años, pueda ir aprendiendo a nadar por esas superficies y disfrutarlo igual que cuando estoy de campamento en algún lugar inhóspito de la naturaleza.
Ojala algún día pudiera continuar contemplando como siempre, pero estando al fin totalmente inserto en  medio del mundo, pues esto es lo que elegí para mi vida, ya que no elegí ser un monje de clausura, alejado por completo de las cosas terrenales.
Me gustan las cosas terrenales, me gusta tenerlas, poseerlas y hasta dominarlas, incluso las tristezas y las alegrías propias de los que son de por si mas mundanos, y mi doctrina es que se puede tener todo ello, sin estar apegado a ninguna.-

   




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