ME SACA DE LA DEPRE Y ME PONE A TRABAJAR

Llego a casa luego de llevar a Ely, acomodo la cocina, preparo mis mates y enciendo la computadora. Son las 7:39 hs. La música de relajación suena en el living.

Los animales se han echado a dormir. ¡Reina otra vez la paz total! Sin embargo hay un pero. Tenía muchas cosas para hacer en esta semana y no he realizado casi ninguna. Solo he estado trabajando en el proyecto de las remodelaciones de la casa, que es tarea de la Arquitecta y no mía. ¡Yo no las tenía en mi lista!

Se que tengo que anotar al menos dos actividades mas en mi lista de tareas. Voy la busco y se las sumo… son veintidós puntos y solo he realizado dos y medio. Esto es lo que me da la sensación de estar perdiendo el tiempo.

El otro día vi la conferencia de la Lic. Pilar Sordo en Valdivia. Hubo varias cosas que me quedaron, entre ellas, las que vienen ahora al caso, es que los hombres nos movemos en base a objetivos y disfrutamos cuando los tildamos de nuestra lista. Nada de esto he podido hacer, o mas bien las dos tareas y media, frente a las veintidós, no me dejan nada satisfecho.

La otra cosa que me quedó es que no siempre debemos hacer lo que queremos, que debemos desarrollar nuestra voluntad. Que sin voluntad somos flojos y no logramos nada.

Y lo último que viene hoy al caso es que Dios es su jefe, en lugar de ese socio que supuestamente es para mí.

Me pregunto entonces: ¿No será mejor tenerlo como jefe, en lugar de socio?

¿Qué me diría Él si fuera mi jefe en lugar de mi socio?

“Primero el deber y luego el placer”, de seguro me diría algo por el estilo, entonces de entrada me sentiría ahora que estoy perdiendo tiempo, que estoy vagueando y que no tengo nada de fuerzas para ponerme a trabajar en lo que debo.

Siento que me baja el sueño, me dan ganas de irme a recostar un rato a la cama. Me doy cuenta que, poco a poco, voy entrando en la depresión.

Y entonces otra vez me acuerdo de Pilar Sordo, la felicidad es una cuestión de actitud, no se trata de comprarla y tenerla asegurada. Se trata de elegir que actitud voy a tomar. Entonces: ¿Debo tomar una actitud depresiva o por el contrario altiva?

No puedo tomar una actitud altiva. ¡Me voy a la cama a perder más de mi tiempo! Sin hacer mas nada y con nada de fuerzas…

Mientras voy para la cama le pido a Dios que me salve de esta mala onda.

Y cuando llego a la cama no puedo conciliar el sueño. Siento que la voz de mi consciencia me dice: ¡No pierdas el tiempo! Saca voluntad de donde no tengas y ponte a trabajar.

Me hace un razonamiento que me parece de lo más lógico:

La lista de tareas está hecha y hay que tildar cada uno de los ítems. No importa, en realidad, por dónde comiences a trabajar. Me digo entonces a mi mismo: ¡Puedo comenzar por donde mas me agrade! Y entonces me viene la pregunta obligada: ¿No era que primero el deber y luego el placer?

Lo primero que me respondo es que esa frase era de mi hermano cuando él era mi jefe en la empresa familiar, y cabe destacar que es un tipo super perfeccionista y con una educación militar. Entonces me vuelvo a preguntar: ¿Si fuese Dios mi jefe me diría esa misma frase de mi hermano?

Y no tengo a nadie para preguntárselo, mas que a mi propio corazón y mi corazón me responde: No. Y a continuación aclara:

Lo importante para todo hombre es tener esa lista de objetivos a cumplir, en donde debe estar por cierto, el ser cariñoso con sus seres queridos, y como dice el teorema matemático: “el orden de los factores no altera el producto”. Pues en base a esto, cuando no tenemos suficientes fuerzas para comenzar por las labores más difíciles, pues debemos comenzar por las más fáciles siempre y cuando sean labores también, de esas que nos hemos propuesto.

Al cabo de un tiempo iremos viendo nuestra lista de tareas, cada vez más tachada o tildada y esa sensación que habremos logrado de vernos en plena realización, nos dará la fuerza suficiente como para continuar por fin con las labores difíciles.

Seguidamente me doy cuenta que hoy comencé el día con una oración y que Este Dios Jefe y Benévolo, ha inspirado mi consciencia para transmitirme fuerzas y para hacerme salir de la actitud depresiva.

Ahora estoy en condiciones de tomar mi lista de objetivos y comenzar a realizar los que me parezcan más fáciles. ¡De seguro más adelante podré ir realizando las tareas difíciles y tal vez con ayuda, pero esto no es para menospreciar, sino para sentirnos agradecidos, por el apoyo que nos da Dios y los hermanos fraternos.

Ya empecé a trabajar y ya he realizado y tachado varias tareas. Pero lo más importante es que estoy otra vez con el ánimo altivo y poco a poco, voy recuperando las fuerzas.

Dios por supuesto me está ayudando, ya que en un ratito me ha dado dos noticias de lo más importantes que se suman a todas las buenas noticias que he estado recibiendo en esta última semana. ¡El largo periodo de pruebas de más de un año, por el que hemos estado atravesando con mi esposa pareciera que ha finalizado! ¡Bravo! Y alabado seas Señor.

Y se agregaron dos puntos más en la lista. Suman veinticuatro y a las 12:50 hs. hemos realizado, por la gracia de Dios, y con el don de la fortaleza: Doce actividades en un solo día, cuando el día amenazaba que no realizaríamos ninguna.

¡Pase de estar depre, a estar muy pero muy satisfecho con el día de hoy! Solo resta descansar un rato y luego hacer las compras de hoy y preparar la comida para almorzar con mi mujer a su regreso… Las demás actividades serán para mañana y los días venideros. Así seguimos y seguimos adelante, con la indispensable ayuda que nos brinda el Espíritu Santo y nosotros nos vamos dando cuenta, cada vez más que sin Él no somos, ni hacemos nada por nuestra cuenta más que vanagloriarnos. La humildad y la entrega es el camino, y las sorpresas que Él nos regala son cada vez mas grandes.