Hace un buen tiempo ya, con mi médico de cabecera llegamos a dos conclusiones:
a) Que muchos profesionales ejercían sus profesiones más como artes que como ciencias, aún cuando también fuesen de estas, como lo es por cierto el Derecho, una de las mas importantes Ciencias Sociales.
b) Que sin lugar a dudas yo era uno de esos que ejercía el derecho como un arte, debido a varios motivos. El principal de ellos era por mi condición de retirado. El segundo gran motivo de esta actitud, era por lo que se desprende de un pormenorizado estudio del Eneagrama que he venido realizando, en donde me terminé identificando con el eneatipo 4, denominado; “El Artista”, a lo que yo le llamaría mas bien; “El Estético”, dado que artistas son unos cuantos, mientras que estéticos pueden ser muchos otros profesionales y técnicos.
En base a esta toma de consciencia hace rato ya que venía entendiendo que mi manera especial de ejercer la Abogacía era propio de un estético, lo cual va muy bien por cierto con mi formación humanista, de donde la Ética y la Estética son de los dos aspectos fundamentales que estudia todo Humanista. Una de las expresiones estéticas de esta forma de ejercer la Abogacía era a través de estos blog que he venido escribiendo, y como una continuación del escribiente mayor retirado que soy.
¿Y por qué escribiente mayor en lugar de escritor?
Pues por una razón muy especial también; todo escribiente se ocupa más que nada de tomar apuntes de los dictados que le hace su señoría. Y cuando me retiré de Tribunales, al poco tiempo continué tomando apuntes de los dictados que se me hacían, pero ya no por parte de su señoría, sino de mis propios diálogos internos, mas tarde de mis deliberaciones, reflexiones, oraciones, meditaciones y últimamente de mis diálogos con amigos por medio del chat y el mail.
Todo esto se fue desarrollando con el desarrollo paralelo de mi condición de pequeño místico y que se fue puliendo muy de a poco a partir del delirio místico de las primeras etapas maníacas, hasta el auténtico misticismo cristiano centrado, totalmente realista, cierto y verdadero, a lo que fui arribando por cierto como resultado de una comprometida terapia, una rehabilitación, orientado por profesionales de la psiquiatría y la psicología y además por un profundo trabajo espiritual guiado, este último, por diversos acompañantes espirituales, padrinos, madrinas y sacerdotes.
Todo este proceso interno y de rehabilitación profesional me fue orientando hacia el desarrollo de una especialidad en mi; la especialidad en Derechos Sociales de los grupos de personas vulnerables, las osc, y muy particularmente la discapacidad mental. Sin embargo todo esto es como una determinada técnica jurídica demasiado rígida para un abogado estético y que durante algún tiempo ciertamente me pesaba.
El otro día conversaba con una amiga artista (Lic. en artes plásticas especialista en escultura egresada de la UNC). Me mostró en facebook un colage con varias fotos de sus obras. Había fotos de esculturas suyas de las que yo le reconocía como propias al instante, por cierto toda muy posmodernas. Pero había dos imágenes que eran muy realistas. Una no le presté ni atención porque se me representó como una foto de una carrera de autos. La otra era la imagen de una mujer desnuda pintada de dorado.
Le pregunté entonces si la imagen de la mujer era una estatua pintada o una mujer pintada con body painting. Me contestó al instante diciéndome que era una verdadera escultura, y me aclaró algo que me sorprendió muchísimo: el cuadro del auto de carreras y la estatua de la mujer dorada son imágenes realistas e hiperrealista que también se hacer.
Le contesté entonces diciéndole que era como Picasso que en su juventud había pintado realismo y que se había volcado luego por sus clásicos cuadros posmodernos.
Y me respondió nuevamente sorprendiéndome aún más: “el realismo e hiperrealismo que lo he realizado en estas ocasiones a pedido, son una serie de técnicas, trucos y conocimientos pero sin libertad, sin poesía y sin vuelo”.-
Entonces esta artista de pura cepa me dio en la tecla de lo que yo estaba buscando: Ya que venía ejerciendo la Abogacía como arte, pues comenzar a partir de ahora a ejercerlo fuera de la técnica rígida, sin poesía y sin demasiada libertad propia de una especialidad, sino empezar a ejercerlo a partir de ahora con todo lo contrario es decir poesía, libertad y vuelo o dicho de otra manera con suficiente creatividad, originalidad y madurez.
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