ENTRE AUTORÍAS Y COMPILACIONES

HACE AÑOS EMPEZAMOS A ESCRIBIR UN ESTILO PRINCIPALMENTE AUTOBIOGRÁFICO, EN PARTICULAR EN LOS OTROS BLOGS CUYOS LINKS ESTAN EN ESTA PÁGINA. CUANDO EMPEZAMOS A ESCRIBIR MENSAJES PARA LA ALDEA GLOBAL, DECIDIMOS INTERCALAR ENTRE LOS ESCRITOS DE NUESTRA AUTORÍA UNA SERIE DE COMPILACIONES Y TRANSCRIPCIONES DE TEMAS SACADOS DE OTRAS FUENTES DE INTERNET, EN PARTICULAR LA WIKIPEDIA.
LA FINALIDAD DE ESTAS TRANSCRIPCIONES, ES PARA EL AUTOR, IR IDENTIFICÁNDOSE CADA VEZ MAS CON DIFERENTES IDEOLOGÍAS QUE EXISTEN EN LA ACTUALIDAD Y EN BASE A LO QUE LE VA DICTANDO SU CORAZÓN, LO QUE NO DEJA DE SER UNA TAREA DE AUTOCONOCIMIENTO. POR OTRO LADO, PARA LOS LECTORES LES OFRECEMOS ESTAS COMPILACIONES DE IDEAS Y ESTUDIOS PARA COMPARTIRLAS CON USTEDES Y CON EL AFÁN DE PROMOVERLAS.
ESPERAMOS QUE SEAN DE SU AGRADO O POR LO MENOS MOTIVO PARA VUESTRA REFLEXIÓN.

lunes, 15 de octubre de 2012

CONTEMPLACIÓN -EL CAMINO OLVIDADO POR LOS CRISTIANOS-

Buenos días:

A continuación transcribimos una entrevista a un monje benedictino sobre el camino del mistico o de la contemplación en el cristianismo, donde nos explica por qué cayó en deshuso y desprestigio habiéndose tenido que ir los que son llamados a la mística a otras religiones orientales o a una espiritualidad libre. En la entrevista se reivindica el camino del místico cristiano y se dan las pistas para comenzar a transitar este hermoso camino. Es interesante leer también que el benedictino, además de ser sacerdote de la Iglesia Católica es maestro Zen, lo cual desde el vamos nos da la impresión que la mística se toca con el esoterismo oriental y el de las otras religiones, resultando ser una vía muchísimo mas abierta que la vía tradicional del catolicismo.

Espero que lo disfruten y les sea de utilidad...
                                       
                                                               El autor.



WILLIGIS JAGER O.S.B. (Orden de San Benito)

En el marco entrañable del convento de San Juan de la Cruz de Segovia, en una tarde soleada y apacible, nos recibe el P. Willigis Jager en el despacho de amplio ventanal. El aire está impregnado de fragancia de mirra. El P. Jager ya es conocido en nuestro país desde el año 1982, cuando por primera vez vino a dar un curso. Es autor de varios libros y escritos. Traducidos al español hay: "La oración contemplativa según san Juan de la Cruz" (Edit. Obelisco) y "Contemplación, encontrar a Dios hoy" (Edit. Narcea, Madrid). En preparación: "En busca de sentido de la vida".
El p. Willigis reúne en sí las características de ser monje benedictino y a la vez maestro Zen, discípulo de Yamada Roshi.

¿Cómo definiría usted la contemplación?
Toda religión, aparte de sus enseñanzas, rituales y liturgia, o sea, de los elementos exotéricos, conoce un camino a la experiencia, es decir, un camino esotérico. Y en el cristianismo, durante toda la Edad Media, se utilizó el término "contemplación" para el sendero que conducir a la experiencia de lo divino. Diferenciamos entre tres grados en la oración cristiana:
1.- La oración verbal: oratio.
2.- La oración meditativa: meditatio.
3.- La oración contemplativa: contemplatio.
La última forma de oración se enseño hasta bien entrada la Alta Edad Media.
¿Quiénes la practicaban?
Los grandes místicos de Occidente, como por ejemplo, Casiano, Evagiro Pontico, Dionisio, Buenaventura, el maestro Eckehart, Hugo de san Victor, los autores de la "Filocalia" y de la "Nube del no-saber" respectivamente, Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Madame Guyon...
No menciona usted a Ignacio de Loyola, cuyos ejercicios son tan extendidos hasta hoy en la Iglesia Católica.
No, no le menciono porque él abandonó la tradición, entendiendo por contemplación también una oración que incluye la imaginación, las representaciones, que pertenecen al ámbito de la meditación.
¿Cuál es la diferencia entre meditación y contemplación?
Hoy en día, lamentablemente, ya no se utilizan estos dos términos en sus formas originales. La meditación, según la clasificación tradicional, se refiere a los dones intelectuales y sensuales del ser humano: la razón, los sentimientos y los sentidos, ocupándose de imágenes, palabras y metáforas que estimulan las potencias del alma. Pero los que se encaminan a la contemplación han de dejar atrás la meditación durante este ejercicio. Por otro lado, se da por supuesto que los que se dediquen a la contemplación ya han practicado intensamente las otras dos formas de oración. La contemplación únicamente es posible cuando queden calladas la razón, la memoria y la voluntad. Todas las potencias del alma están aquí pasivas. Ninguna idea o contenido serán admitidos, incluso habrá que abandonar todas las visiones, pensamientos e ideas religiosas. Contemplación es un "puro mirar"; algo le va sucediendo al orante. Se trata de despertar el verdadero ser divino.
¿Qué tipo de instrucción para la oración contemplativa dieron los anteriormente citados místicos?
San Juan de la Cruz, en su libro "Llama de amor viva" (III,36) escribe, por ejemplo, que en cuanto el alma comience a entrar en ese estado sencillo y sereno de la contemplación, agotándosele la meditación, nunca deber intentar figurarse cualesquiera meditaciones o agarrarse a consolaciones espirituales.
En relación a esto, ¿cómo ve Vd. los caminos espirituales de Oriente?
Los caminos esotéricos de Oriente, como son el Vipassana, el Zen, y algunas formas de Yoga, tienen un gran parecido con la contemplación. Las instrucciones básicas se asemejan mucho. La contemplación, en su sentido puro, es un camino paralelo a dichas formas orientales y, en mi opinión, debería volver a utilizarse este término en su concepto clásico dentro del ámbito cristiano.
Háblenos un poco más de las clasificaciones de la oración cristiana.
Bien, pues tenemos, además, la clasificación de la oración apofática y de la catafática (Apo=fuera; Kata=correspondiente; Phatis=discurso, palabra). La espiritualidad catafática utiliza contenidos de la consciencia, o sea, imágenes, símbolos, ideas, conceptos, creyendo que el ser humano los necesita para poder acercarse a Dios.
La espiritualidad apofática equivale a la contemplación, siendo orientada a la consciencia pura, vacía, con el fin de que lo divino pueda llegar a manifestarse en ella. Los contenidos se consideran aquí un obstáculo. Mientras la consciencia quede apegada a imágenes o conceptos, aún no se ha llegado allí donde tiene lugar la verdadera experiencia de Dios, pues éstos oscurecen lo divino.
En su opinión, ¿hay muchos cristianos que practican la contemplación?
La gran mayoría de los cristianos, igual que la mayoría de las personas de las demás grandes religiones, va por el camino catafático, o sea, se sirve de imágenes, ideas, palabras. Por esto, la espiritualidad catafática desempeña un papel fundamental en todas las religiones. Y éstas necesitan las imágenes, los conceptos, porque sin ellos no se puede comunicar ninguna fe; pero, por otro lado, se corre el peligro de conferirles demasiada importancia.
¿Cómo ve Vd. la mística frente a la teología?
Bueno, la mística y la teología son los dos pilares de la religión y únicamente cuando ambos existen altamente desarrollados y en equilibrio, la vida religiosa florece de veras. Por eso, para la mística, la contemplación ha sido la verdadera meta de la pedagogía de la fe. Pero tengo que añadir que la mística o, lo que es lo mismo, la espiritualidad apofática, ha sido considerada por la Institución como algo sospechoso. No le falto razón a veces, especialmente cada vez que el camino místico se volvió en alto grado antiteológico o incluso anti-intelectual, llegando a caer incluso en lo para-psicológico.
¿Quiénes están llamados al camino de la contemplación?
En los últimos siglos se creyó que solamente "algunas personas escogidas" eran aptas para tener una experiencia mística y, hasta hace muy poco, en los mismos conventos fue necesario tener un permiso especial para poder leer los escritos de San Juan de la Cruz o del maestro Eckhart, aunque los místicos mismos recomiendan esta forma de oración a todo el mundo, en especial a los religiosos. Madame Guyon, por ejemplo, escribe: "Todos son aptos para la oración interior. Es una gran desgracia que la mayoría de la gente cree no estar llamada a ella. Pero lo estamos todos, igual que lo estamos a la redención".
Y San Juan de la Cruz escribe en el prólogo a la "Subida al Monte Carmelo" que ese libro trata de cómo podrá prepararse el alma para unirse con Dios rápidamente, asimismo de las diferentes maneras e instrucciones para principiantes y adelantados. Y en el cap. II, 15,4 pasa a decir que está convencido de que todo el mundo posee las condiciones necesarias para ello, puesto que esa luz (de la contemplación) nunca le falta al alma, pero que debido a las imágenes creadas y a los velos que tapan el alma, no entran en ella.
Para Luis Blosius, benedictino del siglo XIV de Francia, el estado de la contemplación es, por lo menos para todo religioso, lo más natural del mundo. Y llega a decir que si esta perfección le parece demasiado alta a alguien, esa persona, para él, no es ningún monje.
¿Cree Usted que la contemplación es lo suficientemente conocida entre los guías y directores espirituales cristianos?
No, lamentablemente no, y habrá que preguntarse el motivo. Sorprende, por ejemplo, ver que en todas las publicaciones con motivo del 400 aniversario de San Juan de la Cruz (1591-1991), no se encuentra nada referente a la práctica de su camino de contemplación. Hoy día, muchos cristianos se dirigen hacia Oriente en busca de caminos esotéricos, porque en el cristianismo no encuentran las instrucciones necesarias. Hay quiénes han abandonado la Iglesia, uniéndose a grupos esotéricos libres. Hay muchas más personas místicas de lo que la Institución se puede imaginar.
¿Nos puede decir algo más acerca de las prácticas tradicionales cristianas?
Hay ciertas estructuras básicas en la mística que son iguales en todas las religiones. O bien se recomienda la concentración de la consciencia mediante una imagen, un sonido, una palabra, la respiración, la luz, o sea, mediante un contenido como foco donde se concentre la consciencia, o bien la mantienen libre de cualquier contenido o estructura, ya sea ésta de índole material, psíquica o intelectual.
Hablaré primeramente de la concentración de la consciencia.
Los monjes, desde siempre, han conocido la interiorización con ayuda de la respiración. Recomiendo a este respecto la lectura del libro La Filocalia que describe la vida oracional de los monjes de la Iglesia Oriental.
Aparte de esto, siempre se ha considerado importantísimo sentarse durante largos períodos en quietud. Esto podrá hacerse en un banco de una iglesia, en casa en una silla, en un banquillo, o sobre los talones. El citado libro de la Filocalia también describe este ejercicio.
Luego tenemos el ejercicio con una palabra. Casiano, que nos cuenta la vida y oraciones de los eremitas y cenobitas del desierto, describe este ejercicio ampliamente y recomienda la frase: "Oh Dios, ven en mi ayuda, Señor, date prisa en socorrerme"(1). A este respecto recomiendo la lectura de sus "Colationes X".
La "oración continua" que nos recomienda Jesús (Lc 18,1) únicamente puede tener lugar en el nivel contemplativo cuando, después de haber practicado durante un período largo, "está rezando en la persona", habiéndose formado un hábito en el alma que una y otra vez vuelve a conducir a la experiencia de la oración. La "buena opinión" que muchos cristianos practican, no es suficiente para ello.
El autor de "La Nube del No Saber" (Edic. Paulinas), en los capítulos 7,36,37 y 39, da instrucciones para el uso de la palabra en la contemplación.
Cuando se haya progresado hasta cierto punto en la oración, ya no se observa la respiración, sino el sonido. Habrá que "cantar" interiormente, por así decir, la vocal, conduciendo ésta la respiración. La meta consiste en hacerse uno con la palabra, mejor dicho, con el proceso de "cantarla" o pronunciarla interiormente. Hay que volverse el sonido mismo, entonces se va sosegando el fuero interno. La consciencia queda concentrada en la palabra o en la vocal, con lo cual se consigue el desprendimiento de todo lo demás.
La contemplación cristiana siempre va acompañada de entrega y amor (caridad). Nuevamente remito aquí al libro de la Nube del no saber, cuyo autor recomienda cargar la palabra con entrega, amor y confianza. Esto, únicamente en apariencia contradice la indicación de no quedarse apegados a los sentimientos. Tanto el amor, como la entrega y el anhelo son emociones básicas de nuestra alma perfectamente aptas para acompañar la palabra. Nos orientan y sirven para el recogimiento. Alguien que tiene sed, no tendrá que pensar en agua, pues está completamente impregnado de las ganas de beber agua. Lo mismo ocurre con el amor. Quien ama de veras, quien tiene nostalgia y quien se entrega, no está distraído...
Pero no hay que sorprenderse ante la falta de tales sentimientos. El camino lleva por largos trechos de sequedad, por el desierto y la noche, como nos lo dicen los místicos. Y justamente entonces es fundamental seguir con la oración, aunque la sequedad frustrante nos invada. La sequedad se encuentra en el nivel personal de la afectividad. Es nuestro yo que se frustra, y a ese yo habrá que abandonarle de todas formas. La sequedad para la mística es, por lo tanto, un instrumento y una ayuda de Dios en el proceso del desprendimiento.
Referente al ejercicio del vaciamiento de la consciencia, el autor de la "Nube del no saber" habla de la percepción del propio ser. En el transcurso del ejercicio, se llegar a percibir un fondo donde harán su apariencia pensamientos, sentimientos e intenciones. Los pensamientos y los sentimientos se originan allí, pero no son el fondo más profundo. El citado autor denomina este fondo el Ser. Sus instrucciones a este respecto me parecen ser las más importantes de su libro. El mirar al Señor es un ejercicio que se practica en muchos caminos místicos, aún y cuando se le dan diferentes nombres. La meta siempre consiste en el vaciamiento de la consciencia, pero no por el vacío en sí, sino porque tan sólo en el vacío podrá manifestarse genuinamente la plenitud de Dios, pues el ojo tendrá que ser incoloro para poder mirar el color auténtico. Uno se desprende de pensamientos, sentimientos e impulsos de la voluntad; El ser humano se parece a un espejo que refleja todo sin identificarse con nada.
En este estado aún quedan dos: un yo que experimenta y aquello que es experimentado. Seguir adelante a partir de aquí resulta realmente muy difícil. La meta consiste en abandonar el yo para experimentar exclusivamente el Ser de Dios. Y esto no se consigue mediante un acto de voluntad. No queda otra cosa que seguir fielmente con el ejercicio. Las instrucciones siguen siendo las mismas que antes: ¡Mantente en el ejercicio! ¡Húndete en él! Entonces podrás recibir el don de la experiencia. Una auténtica experiencia mística es algo que nos ocurre, nunca la podremos producir.
¿Nos podría decir algo acerca del camino de la contemplación de los Padres del Desierto?
El Padre Juan Casiano resume el sendero de la oración contemplativa con las palabras "pureza de corazón". Corazón, para él, es la capacidad básica del conocimiento, mejor dicho, de la experiencia. Es esa chispa del alma con la que no solamente experimentamos nuestra auténtica vida divina, sino que es esa vida divina misma. La experiencia no se alcanza con el discurrir o por medio de palabras que se queden en la memoria. (Véase a este respecto el prólogo de sus Colationes).
El camino a la experiencia llega a través del saber del camino, a través de la "praktik‚" Esta se divide en tres apartados:
- El trabajo en el hombre interior (lucha contra el pecado)
- El servicio en pro de los hermanos
- El volverse igual a Cristo
La primera meta que se deber alcanzar es la pureza del corazón. La contemplación es la
meta verdadera y última de toda vida monástica. Pero siempre ser un don y nunca depende de la voluntad. Por ello, la meta más cercana a la que se aspira, es la pureza del corazón (puritas cordis). (Colationes I,4 y I,7).
El proceso de liberación, que más tarde llamaría san Juan de la Cruz la purificación activa y pasiva, es un proceso psicoespiritual que, en primer lugar tiene que ver con el trabajo de las perturbaciones psíquicas, como por ejemplo, los traumas infantiles, los esquemas inculcados en la educación y los trastornos diversos en el inconsciente personal. Además, purificación también significa liberación de todo dominio de los impulsos.
De entre los Padres del Desierto destaca sobre todo el monje Evagrio Póntico, quién ha influido grandemente en la mística cristiana. Referente a la oración, nos habla en especial de dos grandes Padres del Desierto, ambos de nombre Macario. Recomienda "darse totalmente a la oración sin tener en cuenta ni las preocupaciones ni los pensamientos que surjan en el transcurso. Lo único que consiguen en ti es molestarte e intranquilizarte para finalmente tambalear tu orientación tan decidida".
La importancia de Evagrio Póntico estriba en su claridad. La contemplación es atención pura. La persona auténticamente contemplativa ve el lugar de Dios. Asimismo, Evagrio Póntico aconseja quedarse durante períodos largos, sin interrupciones, en el ejercicio de la oración. Dice: "Cuando estés en oración, no te preocupes de las necesidades de tu cuerpo, porque si lo haces, podrías dañar ese don inigualable que se te dar en la oración debido a una picadura de una pulga, de un piojo o de un mosquito".
El centro de la contemplación siempre lo constituye la ausencia de imágenes e ideas, y Evagrio Póntico dice al respecto: "Cuando ores no te imagines a la divinidad bajo una misma imagen. Mantén tu mente libre de cualesquiera formas y acércate al Ser inmaterial sin ninguna materia, pues únicamente así lo conocerás".
El camino del ejercicio consiste en la transformación y maduración hacia alcanzar un estado mental completamente receptivo. Para los monjes, Jesús es el orante místico perfecto. Su oración en el monte y en la soledad era la "apateia", el mirar a Dios. Según Casiano, los monjes deberían mantenerse en la oración de la misma manera que lo hiciera Jesús cuando se encontraba en el estado de la experiencia profunda de lo que él llamó "Padre" al estar orando en el monte. Y Casiano critica a los mojes que no saben orar sin representarse algún tipo de imagen.
Por qué y cómo se produjo el declive de la mística.
Hasta hace unos 200 años, la contemplación solía formar parte de la pedagogía de oración. Quisiera citar aquí a Thomas Keating, abad cisterciense de los EE.UU., que en un resumen de la historia de la contemplación, cita los diversos motivos que han influido en el hecho de que esto ya no sea así:
- La desgraciada tendencia a rebajar los "ejercicios espirituales" (Ignacio de Loyola) a un método de meditación discursiva.
- El enfrentamiento de la Iglesia establecida con el Quietismo y su radical condena de esta corriente. La pedagogía del Quietismo consiste en un dejar hacer pasivo y en abandonarse a la guía de la gracia. Esto, en la Institución generó un miedo latente ante toda mística, haciendo que cayera en descrédito.
- El Jansenismo y sus influencias. El Jansenismo se acerca mucho al Determinismo: el ser humano está predestinado y poco puede hacer para cambiar esta condición. Dios escoge a la persona y le concede la gracia de actuar bien, obrando así su redención.
- La sobrevaloración de las visiones y revelaciones privadas y la consecuente desvalorización de la liturgia.
- El confundir la auténtica naturaleza de la contemplación con fenómenos como la levitación, el hablar en lenguas, los estigmas y las visiones.
- El confundir la mística con la beatería.
- La desfiguración de la imagen de los místicos y la equiparación de la mística con un ascetismo divorciado de la realidad.
- El incremento del legalismo de la Iglesia Romana.

Aparte de esto, dice Keating, la erradicación de la contemplación fue definitiva cuando se llego a afirmar que era una temeridad aspirar a la oración contemplativa.
Alentados por los caminos esotéricos de Oriente, muchos cristianos de nuestros días vuelven a acordarse de su propia tradición. Pero su interés no estriba en disertaciones teoréticas sobre místicos, sino en los caminos a la experiencia que éstos nos legaron.

Padre Jaeger, le agradecemos esta entrevista y esperamos que la contemplación vuelva a tener su lugar perdido en la pedagogía de la oración cristiana.
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(1)- Naturalmente la recitación se hacía en griego, o en alguno de los idiomas antiguos, de manera que la frase quedaba mucho más compactada; algo parecido a lo que puede ser "Kyrie Eleison". Todo esto nos llevaría a cuestionar el valor de las lenguas actuales para la oración... pero este es otro tema que merecería todo un estudio; quizás más adelante... (N.D.R)

Fuente:  http://usuarios.multimania.es/contemplatio/con-willigis.htm

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lunes, 8 de octubre de 2012

SI DE DESPERTAR SE TRATA, NO NECESARIAMENTE DEBEMOS RENUNCIAR


Este mes de setiembre próximo pasado, quise dejar mi tratamiento, el que vengo llevando desde hace 11 años con el Dr. Muscellini y todo su equipo profesional interdisciplinario. Lo quise dejar porque anhelaba "despertar" y pasar a ser definitivamente místico. Me había estado influyendo el libro titulado: "Auto liberación interior" de Anthony de Mello.
La verdad que no hice lo que el mismo libro me había sugerido hacer: analizarlo todo, incluso hasta el mismo libro que me estaba influyendo. Me tomé de lo que el libro decía sobre la manera de alcanzar la libertad, es decir: quitándonos la mochila de nuestras exigencias y promesas que no queremos hacer y adquirir una vida de libertad, gozo y alegría y yo creí que una de esas mochilas era las obligaciones que tengo hacia Casa Club Bien Estar. Por eso quería abandonarla y como mi psiquiatra me había dicho que ese era el tratamiento que se me ofrecía, que si no estaba dispuesto a aceptarlo, directamente me buscara otro médico, llegué a pensar que debía desapegarme también de este, al que considero además de mi psiquiatra, mi amigo personal, y al que le debo muchas oportunidades que me ha brindado, tanto terapéuticas como laborales.
Entonces después de fallarle a una consulta, dado que estaba en medio de una meditación muy profunda sobre qué hacer con el tratamiento integral que se me lleva adelante, lo llamé a los días y me dio un nuevo turno. Estaba nervioso porque tenía que expresar todo lo que tenía dentro y temía que me cerrara las puertas al diálogo, basándose en el argumento de que ciertas pautas dadas por él hacia mi persona eran simplemente prescripciones médicas que el paciente no puede poner en tela de juicio, si es que pretende seguir con ese profesional de la salud...
Ese día que estaba tan nervioso, lo llamé también a mi viejo, que tiene 83 años, y se halla poco psicoeducado y estuve conversando con él un rato. Le conté de mi nerviosismo y le dije que tenía que expresarme en la terapia, con mas de mi temperamento que con menos de mi carácter y dado que él me había introducido en la idea de los cuatro temperamentos clásicos, pues sin saber por qué le dije "que se hiciera cargo", teniendo la intención de que me escuchara por un rato lo que yo estaba planeando decirle a mi médico. No se de qué le estaba pidiendo que se hiciera cargo, creo que de escucharme un rato por teléfono para descargar un tanto mi nerviosismo. Pero la reacción que tuvo el viejo me sorprendió sobremanera.
Me dijo: No querés que te acompañe a tu terapia. No voy a entrar a la consulta, pero podemos juntarnos una hora antes e irnos a tomar un café así conversamos un rato. 
Yo primero le dije: No... ¡Gracias papá pero esto lo debo resolver yo solo! y después me pareció tan simpático su gesto, que decidí aceptarle. Él estuvo muy gustoso que le aceptara su propuesta y quedamos en encontrarnos a las 18:30 hs en un bar, una hora antes del turno con el psiquiatra.
Yo le había dicho que mi temperamento era sanguíneo, y que necesitaba de la natural "agresividad" del tipo para poder expresarme de manera correcta con el psiquiatra, pero en forma civilizada.
Se hicieron las 18:30 hs. y me encontré con mi padre. Enseguida tomó la manija de la conversación y como cartesiano que es, me dijo: Estuve repasando los cuatro temperamentos de los 4 Apóstoles de Durero y llegué a la siguiente conclusión: "Si bien todos tenemos nuestro temperamento, éste es lo mas primitivo en nosotros y hay algo que supera a los cuatro tipos de temperamentos y esto es la razón" Vos tenes que entender con tu razón que estás bajo la dirección de tu médico y que eres su paciente, por lo que no puedes hacer otra cosa diferente a lo que él te prescriba. 
Curiosamente sus palabras quedaron resonando en mi mente porque yo esperaba un discurso de apoyo a mi pretensión de retirada, dado que como les he dicho, mi padre no esta suficientemente psicoeducado y siempre había tenido la sensación de que él mismo, no terminaba de aceptar mi enfermedad y que deseaba en su defecto, que yo me reinsertara definitivamente al mundo laboral "competitivo", dejando atrás la rehabilitación y el mundo laboral "protegido", propio de las personas con discapacidad.  
Sentí en ese momento que principalmente por la educación un tanto autoritaria, de mi padre, si se quiere, aunque esto no es del todo así, sino que es una sensación que tengo, puesto que así la he sentido durante gran parte de mi vida, pero por otro lado, tengo que reconocer que mi padre ha sido, toda su vida, una persona de lo mas democrática. En realidad es una persona de gran autoridad, incluso en el presente con sus ochenta y tres años y por esa gran autoridad, mas de una vez ha infundido temor, es decir: muchísimo respeto, en realidad, de parte de todos sus allegados y familiares.
En el bar estaba viendo y sintiendo cuál había sido el factor determinante de la manera como había moldeado mi temperamento sanguíneo con un carácter dócil al que yo creía más de una vez pusilánime. No pude más que escucharlo hablar, muy atentamente por cierto, quedándome por mi parte con un sabor amargo en mi garganta, dado que se me había frustrado la idea que yo tenía, de que él era mi único aliado en la referida pretensión de abandono del tratamiento. Sin embargo por otra parte, veía la escena que estábamos viviendo en ese instante presente y me llenaba de congoja y sentimiento positivo. Lo veía con sus muchas arrugas, con su cuerpo flaquito, con sus pasos lentos, con su sobretodo negro y su traje oscuro, mostrando que es un hombre de otra época y que siente frío, mucho frío, en lugar del calor que sentía yo en ese mismo momento. Percibía su cansancio, aunque al mismo tiempo lo veía como el hombre fuerte que siempre ha sido y por instantes me sentí como un niño frente a él, que venía con su padre al médico para ayudarlo a éste a contener su natural rebeldía.
Y creo que así ocurrió. Cuando el médico me hizo entrar a su consultorio, no entré pateando sillas, ni gritando como tal vez se le había ocurrido a mi acompañante terapéutica podría haber hecho, dado que había hablado con ella a la mañana y le había dicho que debía expresarme con mi natural agresividad. Me senté tranquilo como siempre lo he hecho, y el médico me preguntó cómo estaba.
Le dije: enojado, muy enojado Y luego le pude expresar todo lo que quería de manera bien civilizada. Le dije que tenía mi propio trabajo independiente y que ya no necesitaba mi rehabilitación psico social y laboral en Casa Club. Le dije que hasta había puesto en tela de juicio el largo tratamiento que se me lleva adelante desde hace 11 años. Le expresé todo lo que quería, y el médico me escucho atentamente e intercambiaba opiniones y comentarios sin contradecirme. Yo notaba que no me veía sacado de mi realidad como me ha ocurrido en otras oportunidades y eso me hacía sentir muy bien. Le dije que si era desorganizado y expansivo, quería aceptarme así con mis formas de ser y listo. Que ya no pretendía cambiar esas viejas y enraizadas formas dentro de mí. Que no estaba dispuesto a que el equipo terapéutico me las continuara señalando como si se tratara de algo malo en mí. El médico dijo: eso está muy bien. Que se acepte mas como usted es. Pero el tratamiento que le ofrecemos es este y si usted considera que nuestra relación ya ha llegado a su fin y no quiere seguir el tratamiento que le proponemos, pues puede dejarlo y buscarse otra terapia diferente, pero eso si. Si se va, ya no puede volver porque por una cuestión ética yo no atiendo mas a los que se van.
Yo estaba escuchando la posibilidad que me daba el psiquiatra de ser libre y en mi mente solo había confusión. Mis sentimientos estaban de lo más encontrados, sentía alegría y tristeza al mismo tiempo, alegría porque me habían comprendido, tristeza porque me imaginaba el hecho de dejarlo todo ahí nomás y el dolor que la sola idea me producía me hacía sentir esa tristeza. Tristeza por la soledad, creo yo.
No tome ninguna decisión en ese momento puesto que nadie me puso el cuchillo en la panza para que así lo hiciera. Me preguntó si podía ir a verlo a los dos días y le dije que si. Que por mi lado lo iba a seguir meditando.
Salí del médico y no me sentía de lo más alegre como me he sentido muchísimas veces. Sentía algo extraño. Sentía un poco de frustración, sentía tranquilidad por haber podido expresarme temperamentalmente señalando todo lo que quería, pero sentía también una sensación de predestinación que resultaba ser de lo mas angustiante, dado que toda la vida he creído en que somos artífices de nuestro propio destino. Todo esto sentía en un mismo momento, por eso digo que en realidad sentía "confusión", mucha confusión.
Los días que siguieron volví a Casa Club, y fui recibido muy bien. Todos estaban contentos con mi regreso y me sentí muy querido. Además, siendo esto lo principal, supe lo que ya había escrito en mi entrada anterior: Todos nos amamos, y también amo a Casa Club. El problema fue que durante un mes "no estuve disponible", solo lo estuve para estar de retiro espiritual con La Madre. 
Y así continuaron los días venideros... Me empecé a dar cuenta que estaba otra vez disponible para el tratamiento integral. Empecé a reírme otra vez con mis amigos de Casa Club, empecé a conversar de nuevo con el equipo terapéutico, sin tapujos, ni prejuicios. Y de repente, charlando con uno de estos psicólogos, éste me dijo dos cosas que me parecieron de lo más interesantes:
-Estaba tratando de repetir mi historia de abandono y retirada. Historia que ya había realizado hacia el año 2001, cuando dejé mi trabajo en tribunales y mi renuncia se convirtió en jubilación, cuando se fue mi ex mujer, cuando dejé la casa en la que vivía para regresar transitoriamente a la casa de mis viejos y luego a la nueva casa que habitaríamos con Ely. Ya había dejado a viejos amigos que en ese entonces me hacían más mal que bien. Ya me había desapegado de todos y de todo hacia el mencionado año, por lo que sostuvo el psicólogo, no debía hacer ahora lo mismo, dado que desde entonces, venia construyendo una nueva vida con muchísimo esfuerzo.
-Lo otro que me dijo el psicólogo me llamó poderosamente la atención: ¿Qué pasaría Leandro si a vos se te respetara esa necesidad que tenes de hacerte dos retiros espirituales al año, para el otoño y la primavera? 
Yo empecé a balbucear, nunca me imaginé que me hicieran esta pregunta. No hablaba muy coherentemente dada mi sorpresa, pero solo pude decirle que si yo "dejaba obrar a mi naturaleza", para mi seria todo mas fácil, porque a lo que aspiraba y que también se lo había dicho al psiquiatra era que Casa Club dejara de ser para mi, como un centro de rehabilitación, ni mucho menos como una casa. Puesto que consideraba que ya tenía mi particular modo de trabajo y por otro lado tenía también mi propio hogar. Yo pretendía que Casa Club fuera mas como un "Club" que como una casa o centro de día.
El psicólogo pareció entenderme muy bien, y me preguntó: ¿Qué te faltaría para que Casa Club se convirtiera en un Club para vos?
Yo no supe bien qué responderle. Solo le dije que necesitaba que el equipo terapéutico "viera" que a mi modo, yo trabajaba de verdad y que mi natural desorganización se "ordenaba espontáneamente" de manera sistemática todos los años, dos o tres veces, después de superar mis vaivenes anímicos y después de concluidos mis retiros.
No pudimos continuar conversando, dado que llegó el almuerzo, quedando la charla pendiente. Pero yo sentí que después de mi última reacción temperamental, sanguínea y flemática, poniéndome en consonancia con mí ser, las cosas empezaban como a querer cambiar en mí entorno.
El tema no está ni remotamente resuelto, pero se ha abierto el juego, se ha abierto el diálogo, y yo veo también que ha quedado abierta, una pequeña puertita para que yo pueda salir de esta sensación de exigencia exterior que siento sobre mi, debido al cumplimiento de un régimen de rehabilitación que para mi, que estoy retirado desde hace 11 años, resulta ser demasiado estricto.